El nuevo acuerdo comercial trilateral México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), beneficia más a Estados Unidos y Canadá en relación a México, como las nuevas reglas de origen nacional, los componentes, que obviamente, van a perjudicar a México. “Hay varias partes de este acuerdo que no son para celebrar”.
Así lo manifestó la profesora Guadalupe Correa Cabrera en el Seminario Virtual T-MEC, Industrialización, Pymes, Agenda Laboral y Economía Solidaria en la Frontera Norte.
En este encuentro académico organizado por la Universidad de Tijuana (CUT) y la Universidad George Mason, en Washington, D C, la profesora de esta última institución comentó además:
También está lo del sector energético que con los candados que le ponen las empresas transnacionales, con los acuerdos que se hicieron “nos ponen a pensar bastante de cómo se firmó este tratado y todas esas nuevas cláusulas cada vez más ventajosas para los Estados Unidos y ahora más en el T-MEC”.
Recordó que en los 26 años del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), se presentó mucha desigualdad en el sector de la maquila, “sobre todo en las condiciones laborales de los trabajadores”.
La precariedad de las condiciones laborales en las empresas maquiladoras no mejoraron, ahora con el T-MEC. En las ciudades con mayor maquila como Ciudad Juárez y Reynosa, sí uno entra a esas empresas, puede apreciar claramente que las condiciones laborales no han mejorado, señaló.
Denunció que “en este nuevo T-MEC hay que analizar varias cláusulas que no son necesariamente buenas para México. Son muy buenas para Estados Unidos, sobre todo y también para Canadá, pero más para los norteamericanos”.
Aseveró que la industria automotriz, en el TLCAN fue una de las que más ganó en los 25 años de su vigencia. “En el nuevo tratado T-MEC, esta industria con las nuevas reglas de origen, de los componentes, obviamente va a perjudicar a México”.
Y también la industria energética, con los candados que le ponen las empresas transnacionales, con los acuerdos que ya se hicieron “nos ponen a pensar bastante de cómo se firmó este Tratado y todas esas nuevas cláusulas cada vez más ventajosas para los Estados Unidos y ahora más”.
También lo referente a la propiedad industrial y la propiedad intelectual que ponen a las empresas estadounidenses con las mayores ventajas, apuntó.
En cuanto al aspecto laboral, la investigadora de la Escuela Schar de Política y Gobernanza, de la Universidad George Mason, refirió que la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, en abril de 2019 hizo un pronunciamiento: “No se va a aprobar el T-MEC sí no se hace una reforma laboral”. Y esto tiene que ver con el Capítulo 23.
Dicho Capítulo, comentó la profesora Correa, se refiere a la independencia sindical y a la precariedad de las condiciones laborales en la industria maquiladora.
Y explicó: “Sobre todo, porque el TLCAN se sustentó en salarios bajos y en las malas condiciones laborales. Y obviamente, en las facilidades de todo tipo: ambientales y de impuestos para que las empresas vinieran a México. Ese fue el origen”.
En este Seminario, el profesor David Mendoza Tinoco de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Coahuila en un trabajo conjunto con el coordinador del Programa de Análisis Económico de México, del Departamento de Estudios Económicos de El Colegio de México, Alfonso Mercado García, habló de la contaminación.
Puso de manifiesto que la región de América del Norte es la segunda mayor emisora de gas de efecto invernadero de todo el mundo. Estados Unidos genera el 25% de esos gases. Y afirmó que la estructura de las emisiones no ha cambiado en 25 años.
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