||La Prensa||
México.- Con el advenimiento de las nuevastecnologías, los procesos tradicionales de socialización se hanmodificado. Las generaciones de hoy pasan más tiemporelacionándose con la tecnología que con otras personas, aseguróRolando Díaz Loving, académico de la Facultad de Psicología (FP)de la UNAM.
Ello, agregó, ha terminado con el desarrollo de lascompetencias y capacidades necesarias para aprender las normas queestablecían lo que era atractivo, apropiado, adecuado y lostiempos de espera para establecer una relación de pareja.
Para relacionarse, las redes sociales presentanciertas ventajas, como establecer contacto con gente de otroslugares, practicar idiomas o conocer diferentes maneras de ver ypensar; sin embargo, también ponen en riesgo la seguridad de losindividuos mediante el acoso y robo de identidad, añadió MagdaRendón García, especialista de la Facultad de Ciencias Políticasy Sociales (FCPyS).
A pesar del riesgo, su uso se ha incrementado, sobretodo entre los jóvenes, incluso en niños, y cada día surgen másde esos espacios, como Tinder, una aplicación dirigida a jóvenesmenores de 18 años.
En las redes hay una gran cantidad de engaño; muchoshombres que participan en ellas son casados y fingen un perfil desolteros para tener acercamiento con el sexo opuesto, señaló launiversitaria.
Tinder tiene la posibilidad de geolocalización,así que las relaciones se establecen “con personas cercanas a tucírculo”. Como en otros casos, no hay modo de verificar quequienes ingresan realmente son menores de edad, aclaró.
Esa situación se refleja en un estudio realizado porel psicólogo. “Al hacer una búsqueda en uno de los sitios paraconseguir pareja, vimos en alrededor de 600 perfiles que laspersonas piden la honestidad como primer requisito para estableceruna relación”.
Se dice que el origen de estos espacios es establecervínculos con individuos similares en gustos, intereses yactividades, para tener una relación de amistad y, después,amorosa. Pero en realidad esos objetivos difieren; por ejemplo,más de 70 por ciento de los varones buscan un acercamiento sexual,mientras que alrededor del 68 por ciento de las mujeres quierenencontrar al “amor de su vida”, resaltó Rendón García.
En el marco de la celebración del Día de SanValentín, este 14 de febrero, Díaz Loving expresó que hoy elproceso de las relaciones está acelerado; la tecnología apresuralas interacciones. Si en el pasado a la gente le tomaba 20 o 30citas decir “te amo”, hoy lo dicen en el primer mensaje.
Las redes sociales son usadas con la expectativa deobtener una relación de largo plazo; no obstante, ocurre locontrario. No sólo puede haber cibernoviazgos, sino relacionesimaginarias.
Los jóvenes se están acostumbrado a ser novios,tener “sexting” o sexo a través de textos, enviarse imágeneso videos donde aparecen desnudos, tocándose o masturbándose,hasta que en un momento deciden que no quieren continuar con larelación y dicen adiós, o ni siquiera “terminan”, sólo se“bloquean”.
Los especialistas coincidieron al señalar que laruptura de una relación de ese tipo también implica una pérdida.“Daña tanto o más que cuando termina una relaciónconvencional; cuando un adolescente ve a su novia o novio en unafoto con otra persona se deteriora la autoestima, la motivación yla seguridad”, dijo la académica de la FCPyS.
Por eso, antes de brincar sin “paracaídas” al“abismo” de una relación deberíamos reflexionar y determinarcuáles normas o reglas que vienen desde el pasado, y las delpresente, son adecuadas y nos pueden llevar a las del futuro, conel objetivo de hacerlas más saludables, consideró RolandoDíaz.
/amg