A través de innovaciones como las redes de quinta generación (5G), el Internet de las Cosas (IoT), la Inteligencia Artificial (IA) y el análisis de datos o big data, Ericsson busca gestionar recursos como el agua y prevenir su desperdicio al detectar y prevenir fugas, así como eficientar su uso.
Francisco Rey, gerente de Cuentas Clave para la compañía, explicó a El Sol de México que con estas tecnologías se puede recopilar y analizar información en tiempo real sobre la presión del agua, su temperatura y calidad, así como fisuras en las tuberías, entre otras soluciones.
Actualmente, organismos públicos y privados calculan que entre 40 y 50 por ciento del desperdicio de agua se da a través de fugas en tuberías.
Esta situación se agrava hoy en día cuando más del 80 por ciento del territorio nacional padece de sequía, de acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
De acuerdo con el directivo de Ericsson, las nuevas tecnologías, en particular la conectividad 5G, ofrecen una gran oportunidad para hacer más eficiente la gestión de estos recursos, tal como sucede en industrias privadas.
“Una de las dimensiones particulares de la 5G es que nos permite imaginar casos de uso mucho más ambiciosos, y en el tema del agua, y también de la energía, son ámbitos donde promete muchas oportunidades para enfrentar los desafíos”, aseveró.
Todo lo que antes requería de la intervención humana hoy se nos muestran con un mundo de oportunidades si se combina con tecnologías como estas
- Francisco Rey. Gerente de Cuentas Clave de Ericsson
Este año, 152 municipios, que concentran al 6 por ciento de la población en el país, se declararon en sequía excepcional. Además, entidades como Chihuahua, la Ciudad de México, Guanajuato, Querétaro, Sinaloa y San Luis Potosí viven una sequía de severa a excepcional.
Asimismo, en México se carece de una medición exacta del agua que se utiliza, además de que existen otros problemas, como el hecho de que en 2024 se redujo la inversión en alcantarillado, drenaje y saneamiento casi a la mitad con respecto a 2023, y que la Conagua sólo cuenta con unos 160 inspectores para vigilar el uso y las descargas del vital líquido en todo el país, por lo que las visitas de inspección se han reducido en 70 por ciento.
En este contexto, la red 5G, IoT, IA y el big data permiten, entre otras cosas, desplegar sistemas de monitorización y gestión en una red de distribución de agua.
Francisco Rey explicó que hoy en día se puede hacer uso de múltiples dispositivos para mejorar la gestión de recursos como el agua, entre ellos los drones, cámaras y procesadores con los que se pueden detectar y tomar imágenes de daños en la infraestructura, e incluso robots para la reparación de los mismos.
Sin embargo, además de que estos equipos no se están utilizando por completo, la falta de tecnologías como redes 5G, IA o análisis de datos limitarían su uso eficiente.
“Todas esas cosas que antes requerían intervención humana o la infraestructura más completa, hoy se nos muestran con un mundo de oportunidades, si se combinan con tecnologías como cloud, IA y procesamiento de datos”, dijo Rey.
Sin embargo, enfatizó que lo fundamental es contar con una red 5G que pueda ampliar la velocidad de la transmisión de la información y soportar más equipos conectados, es decir, que sea más robusta.
Una red de quinta generación tiene una tasa de transferencia entre 10 y 100 veces mayor a su predecesora, la 4G, además de una banda ancha mil veces más rápida y soporta hasta cien dispositivos más conectados en una misma área.
“La 5G es la precondición, luego necesitas obviamente dispositivos y software, y eso nos habla mucho del ecosistema para armar estos casos de uso a los que puedes agregar un montón de inteligencia que redunda en mayor eficiencia y menos pérdidas e interrupción del servicio, porque con un mejor manejo de la información y los datos se puede planificar mejor los mantenimientos preventivos o detectar situaciones anómalas a tiempo. Entonces la cadena completa hasta el consumidor final se hace más eficiente”, aseveró Rey.
Incluso, refirió que en Europa, por ejemplo, este tipo de redes se usan en el ámbito privado, ya que los usuarios reciben notificaciones para poner a lavar la ropa o encender la lavadora en horarios de menor demanda o de baja tarifa eléctrica.
En Europa, los usuarios reciben notificaciones para poner a lavar la ropa o encender la lavadora en horarios de menor demanda o de baja tarifa eléctrica
Y añadió que Singapur y los Países Bajos cuentan con redes de agua inteligente para gestionar la demanda de este recurso, supervisar y apoyar sus sistemas de distribución de suministro.
“La tecnología también apoya a los técnicos desplegados en zonas remotas. La 5G puede permitir a un técnico utilizar un dispositivo de realidad virtual o aumentada durante el mantenimiento de la red hídrica, además de brindarles asistencia de expertos ubicados en oficinas centrales en tiempo real”, añadió.
Mejoran transmisión eléctrica
Tal como se plantea para el manejo eficiente del agua, las nuevas tecnologías también prometen mejorar la transmisión de energía eléctrica.
Rey explicó que hay países en Europa donde se utilizan drones para verificar los generadores eólicos, y que las potencias de las cámaras con las que cuentan estos dispositivos permiten incluso ver errores o daños que pueden ser imperceptibles al ojo humano,
“En la transmisión eléctrica sirve también sacar a las personas de zonas de riesgo, por ejemplo, en lugar de subir a un empleado a una torre de cientos de metros, es mucho más económico y seguro subir un dron con una cámara de alta definición y tener al operador en tierra”, refirió.
El experto añadió que a esto se agrega la IA para la revisión de imágenes y detectar fallas, fracturas o desgastes.
“Se trata de eficiencia, de hacer más con menos, es decir, generar el máximo resultado con la mejor utilización de los recursos que se tienen disponibles”, dijo.
De acuerdo con el directivo de Ericsson, el uso de estas tecnologías para eficientar recursos públicos como el agua y la energía eléctrica es una asignatura pendiente en México.
Según Rey, no sólo en México, sino en América Latina los países suelen ser “tímidos” en la adopción de estas innovaciones, en gran medida, por el alto costo que significan en principio.
“Suele ser una inversión que en múltiples casos demuestran retornos de inversión muy razonables, en tres, cinco o 10 años, pero sí se requiere de una inversión inicial muy grande, y como muchos de los sistemas que usamos en la región son bastante antiguos pero funcionan bien, no es un tema de preocupación”, comentó.
No obstante, el especialista dijo que los problemas de escasez de agua y de fallas eléctricas son cada vez más frecuentes por lo que, consideró, México y la región están en el mejor momento de empezar a tomar las decisiones para los próximos 10 años.