Las Vegas, Nevada.-Los primeros humanos artificiales fueron presentados en la feria de tecnología más importante del mundo, el Consumer Electronic Show (CES) de Las Vegas, esta semana.
A través del cristal vemos a otra persona, pero en realidad lo que refleja la pantalla es la construcción en tiempo real de un personaje que no existe, que fue creado por computadora utilizando videos e imágenes que circulan en el ciberespacio.
Le llaman Neon a esos seres creados por máquinas que semejan ser humanos, muestran emociones, hablan nuestro idioma, pero no son inteligentes.
Son humanos artificiales y muy pronto comenzarán a comercializarse en todo el mundo para trabajar principalmente en la industria de los servicios.
La empresa se llama Neon y fue creada hace cuatro meses por un grupo de jóvenes que trabajaban para un laboratorio confidencial de desarrollos de la coreana Samsung. Los avatares todavía no se comercializan, esperan este año comenzar a hacer negocios con bancos y aerolíneas y que estén funcionando en tiempo real en 2021.
“No estamos aquí para venderte un producto, no estamos listos para su comercialización”, nos informa uno de los jóvenes creadores de estos humanos virtuales.
Estamos en el CES 2020, a la distancia la gente juega con drones que son resistentes a la lluvia y con bicicletas eléctricas que alcanzan 75 kilómetros por hora y funcionan como motocicletas para todo terreno. Más allá, en uno de los salones principales, LG presenta una especie de refrigerador que sirve para cultivar hierbas y algunos vegetales en casa, y en algún rincón otra empresa nos ofrece dejar de comer carne porque es considerado uno de los problemas de contaminación más grande de este planeta.
“No verán este producto hoy en el mercado”, nos dice uno de los creadores de los Neon. “Trabajamos en tecnologías que impacten al mundo de diversas maneras”.
Los Neon son seres humanos artificiales generados por computadoras, existen en el mundo virtual, no son robots, pero son virtuales, y se comportan como tú o como yo. Ellos sonríen, tienen expresiones humanas, la idea es que las máquinas se parezcan más a nosotros.
Probablemente los veremos en un futuro en las máquinas de los aeropuertos que nos sirven para imprimir el boleto, tecnología poco amigable que siempre se traba y nos hace recurrir a un humano por ayuda.
“¿Qué pasaría si esa máquina es un humano, si cálidamente te atiende y soluciona tu problema?”, nos dice otro de los hombres detrás de estos avatares.
También podrán trabajar en los cajeros automáticos de los bancos, pensando en la gente que se desespera por tratar con números y comandos al hacer uso de su dinero. Si quieren depositar, por ejemplo, será más fácil hacer un trato con un humano artificial que con una pantalla que percibimos estúpida.
No son animaciones, no son caricaturas, son seres reales que en realidad, no existen. Parecen personas normales, y en tiempo real te responden. No los podemos encontrar en la vida real, serán el rostro de Alexa, de Siri, porque pueden utilizar el software de terceros. Serán el rostro de la inteligencia artificial de empresas nuevas.
Cada movimiento es en tiempo real, no son gestos grabados, las máquinas no tienen memoria, responden al instante con una tecnología que sintetiza las respuestas de los seres de carne y hueso en imágenes.
Ayer fue el último día del CES 2020 y este es uno de los avances que más recordarán los que asistieron, probablemente porque fue lo más innovador de todos los pasillos y pisos de exhibición. Otra vez este año hubo muchos drones, muchos autos eléctricos, muchas pantallas de alta calidad y demasiados gadgets que sirven para nada. Pero pocas propuestas tangibles de cómo será nuestra relación con las máquinas en un mañana posible.
Los humanos artificiales cumplen órdenes rápidamente, ponen atención, generan empatía y son extremadamente bellos. Pero no piensan. Otra de las funciones que le ven a este producto sus creadores, es la de conductores de televisión, pues cumplen con todos los requisitos mínimos para realizar el trabajo y quedar bien grabados en la mente de las masas.