Imagínate lo siguiente: tomas tu teléfono para hacer una videollamada con un amigo. Y no sólo puedes ver su rostro y escuchar su voz, sino que también puedes oler las galletas que acaba de hornear. Parece algo sacado de una película de ciencia ficción, ¿pero podría suceder realmente?
Soy un científico informático que estudia cómo las máquinas perciben el mundo.
Cuando escuchas música o hablas con alguien en tu teléfono, puedes escuchar el sonido a través de los altavoces integrados. Esas bocinas convierten las señales digitales en vibraciones físicas mediante un pequeño componente llamado diafragma. Tus oídos perciben esas vibraciones como ondas sonoras.
Tu teléfono también tiene una pantalla que muestra imágenes y videos. La pantalla utiliza pequeños puntos conocidos como píxeles que constan de tres colores primarios: rojo, verde y azul. Al mezclar estos colores de diferentes maneras, tu teléfono puede mostrarle de todo, desde hermosas escenas de playa hasta adorables cachorros.
Oler con teléfonos
¿Pero qué hay del sentido del olfato? Los olores son creados por partículas diminutas llamadas moléculas que flotan en el aire y que llegan a tu nariz. Luego, tu nariz envía señales a tu cerebro, que identifica el olor.
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Entonces, ¿podría tu teléfono enviarte estas moléculas de olor? Los científicos están trabajando en ello. Piensa en cómo funciona la pantalla de tu teléfono. No tiene todos los colores del mundo almacenados en su interior. En cambio, usa sólo tres colores para crear millones de tonos y matices diferentes.
Ahora imagina algo similar para los olores. Los científicos están desarrollando una tecnología de aroma digital que usa una pequeña cantidad de cartuchos diferentes, cada uno con un aroma específico. Al igual que los píxeles mezclan tres colores para crear imágenes, estos cartuchos de aroma podrían mezclarse para crear diferentes olores.
Quizá un día no sólo puedas ver y escuchar la fiesta de cumpleaños de tu amigo por teléfono, sino también oler las velas que apague
Al igual que las imágenes en tu teléfono están hechas de códigos digitales que representan combinaciones de píxeles, los olores producidos por un teléfono futuro podrían crearse usando códigos digitales. Cada olor podría tener una receta específica compuesta por diferentes cantidades de los ingredientes en los cartuchos.
Cuando recibes un código de aroma digital, tu teléfono podría mezclar pequeñas cantidades de los diferentes aromas de los cartuchos para crear el olor deseado. Esta mezcla se liberaría a través de un pequeño orificio de ventilación en el teléfono, lo que le permitiría olerla. Con sólo unos pocos cartuchos, tu teléfono podría crear una gran variedad de olores, de manera similar a cómo los píxeles rojos, verdes y azules pueden crear innumerables colores.
Los investigadores y las empresas ya están trabajando en creadores de olores digitales como este.
Los científicos están desarrollando una tecnología que usa una pequeña cantidad de cartuchos, cada uno con un aroma específico
Crear un teléfono que pueda producir olores implica varios desafíos. Uno es diseñar un sistema que pueda producir miles de olores diferentes utilizando sólo unos pocos cartuchos. Otro es cómo controlar qué tan fuerte debe ser un aroma y durante cuánto tiempo debe emitirlo un teléfono. Y los teléfonos también deberán detectar olores cerca de ellos y convertirlos en códigos digitales para que los teléfonos de sus amigos puedan enviarle olores.
Los cartuchos también deben ser fáciles de rellenar y los químicos que contienen deben ser seguros para respirar. Estos obstáculos lo convierten en un área de investigación complicada pero emocionante.
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Aunque todavía no hemos llegado a ese punto, los científicos e ingenieros están trabajando arduamente para hacer realidad los teléfonos olfativos. Tal vez algún día no sólo puedas ver y escuchar la fiesta de cumpleaños de tu amigo por teléfono, sino también oler las velas que apague.
* El autor es profesor adjunto de Ingeniería Eléctrica y Ciencias de la Computación en la Universidad de Tennessee. Traducción de El Sol de México.