Las importaciones en México de granos y oleaginosas se incrementaron 14.3%, alcanzando un total de 19.84 toneladas, con un valor de 7 mil millones de dólares. Lo anterior, impulsado principalmente por el abandono del campo y la falta de programas con visión productiva, denunció la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA).
Las importaciones de maíz son mayores en 16.4%, con un volumen de casi nueve millones de toneladas de maíz, de las cuales cerca de 60 mil toneladas se compraron en Brasil. En el caso de las compras del complejo de la soya, rebasan en 15.5%, con 4.5 millones de toneladas.
Las de trigo se elevan en 18.2%, con un volumen de 2.7 millones de toneladas; las importaciones de canola crecieron en 16.5%, para un acumulado de 771 mil toneladas. En tanto, las de frijol aumentaron en 143.7%, con un volumen cercano a 133 mil toneladas.
Al cierre del primer semestre de 2021, las importaciones de granos y oleaginosas fueron de 19.84 millones de toneladas, con un valor de 7 mil 611 millones de dólares. Esto representa un aumento de 14.3% en las compras al exterior. El aumento de la importaciones se debe al abandono del campo y la carencia de programas gubernamentales con visión productiva, denunció la UNTA.
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Así lo denunció el secretario general de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA), Álvaro López Ríos, quien resaltó que el pequeño productor quedó prácticamente en la insolvencia para invertir en la producción de los granos básicos: maíz, frijol, trigo, cebada y malta.
Además, los pequeños agricultores tuvieron un alza de entre 30 y 50% en el costo de los insumos: semillas, fertilizantes, y herbicidas. En este último producto el incremento se dio sobre todo porque se eliminó el uso del glifosato para la agricultura.
Afirmó que “es una mentira que se incrementó la producción de granos”, como lo dijo el secretario de Agricultura, Víctor Villalobos. “Al contrario ha ido disminuyendo”, recalcó López Ríos.
Señaló que el gobierno federal adoptó medidas que no ayudaron a los agricultores, y mucho menos a incrementar la producción de alimentos.
Sobre el uso del glifosato, recordó que se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) que, para 2024, quedará prohibido su uso. Refirió que ya hay en el mercado un herbicida llamado glufosinato, cuyo nombre comercial es “Finale”, de una empresa alemana, cuyo precio es elevado.
Hoy en día los campesinos para eliminar las hierbas y no usar glifosato utilizan métodos mecánicos: desde machete a maquinaria. También hay prácticas agroecológicas, pero no son tan efectivas y son costosas para el productor.
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Detalló que no hay apoyos que reduzcan los costos de producción, como en semillas. “El costo de los fertilizantes se fue a las nubes”. Además, demandó que se incremente el programa de precios de garantía del maíz a 6 mil pesos la tonelada, y que la tasa del financiamiento sea del 7% al pequeño productor.
López Ríos advirtió que, de continuar el abandono del campo, la producción continuará a la baja, lo que impulsará aún más el crecimiento de las importaciones, como ya sucedió en los primeros tres años del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.