El Fondo Monetario Internacional (FMI) aseguró que firmar el acuerdo internacional de precio mínimo del carbono (ICPF, por su sigla en inglés) disminuirá el crecimiento económico global pero aseguró que valdrá la pena para la protección del Alerta mundial: árboles mueren el doble de rápido por calentamiento global, así como para mitigar el aumento en los costos de alimentos y combustibles.
En un análisis, la institución afirmó que el ICPF reduciría el Producto Interno Bruto (PIB) mundial en 1.5 por ciento para el 2030 en relación con lo que hubiera sido en ausencia del precio mínimo.
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Agregó que los países más pobres del mundo verían una desaceleración mucho menor (solo 0.6 por ciento).
"Este es un precio que vale la pena pagar para evitar los costos mucho mayores de no frenar las emisiones de carbono (muchos billones de dólares)", indicó el FMI.
Añadió que dicho control garantizaría que los costos de transición se asignen de acuerdo con responsabilidades diferenciadas entre países de diferentes niveles de ingresos a través de precios mínimos de carbono diferenciados.
La propuesta del ICPF establece precios mínimos por tonelada de carbono en 25 dólares para países de bajos ingresos, 50 dólares para países de medianos ingresos y 75 dólares para países de altos ingresos.
Esto sería más justo que un precio global uniforme del carbono y habría menos necesidad de pagos de transferencia adicionales entre países que han resultado políticamente problemáticos en el pasado.
"Estos son solo precios mínimos (...) Muchos países (especialmente los de ingresos altos) se han comprometido con políticas climáticas ambiciosas en sus contribuciones determinadas a nivel nacional", señaló.
Por lo que, explicó que estos países podrían tener que fijar un precio más alto para lograr dichos objetivos.
Mientras tanto, agregó, para muchos países de ingresos medios y bajos, el análisis muestra que los pisos son más altos que los implícitos en sus contribuciones nacionales, que no van lo suficientemente lejos como para limitar el aumento de la temperatura.
"Fortalecer las contribuciones de los países de medianos y bajos ingresos, que representan una parte cada vez mayor de las emisiones globales, es clave para mantener las temperaturas globales bajo control", aseguró el fondo.
Altos precios
De acuerdo con el FMI, los recientes aumentos en los costos de los alimentos y el combustible están perjudicando a los hogares en todas partes.
En su análisis, indicó que el aumento global de los precios de la energía desde la invasión de Ucrania por parte de Rusia subraya la necesidad de alejarse de la dependencia de las fuentes de energía que están sujetas a interrupciones recurrentes.
Indicó que la guerra también ha afectado la seguridad alimentaria, que ya está bajo presión por las malas cosechas y los fenómenos meteorológicos extremos debido al aumento de las temperaturas.
Por lo que estos desarrollos dejan en claro la importancia de acelerar una transición verde que limitaría más aumentos de temperatura, al tiempo que protege a los grupos vulnerables que dependen más de los combustibles y empleos con alto contenido de carbono.
Si bien la fijación de precios del carbono se encuentra entre las herramientas políticas más efectivas para desviar el gasto y la inversión de la energía sucia hacia alternativas verdes, muchos países son reacios a utilizar esta palanca política, aseguró el FMI.
Añadió que temen una pérdida de competitividad internacional, especialmente en sectores de altas emisiones como el siderúrgico o el químico.
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Señaló que el uso del ICPF fue propuesto por el personal del FMI en un documento el año pasado que pedía que los mayores emisores del mundo pagaran un precio mínimo por tonelada de carbono, según su nivel de desarrollo económico.
Mencionó que la propuesta reconoce que algunos países pueden usar políticas alternativas a la fijación de precios del carbono (regulaciones, por ejemplo), pero estas alternativas deberían lograr al menos las mismas reducciones de emisiones que el precio mínimo del carbono.