El sector de la vivienda, en particular el de la social, ha ayudado a mantener a flote a la industria de la construcción, que vive una de sus peores etapas con 25 meses al hilo en número rojos.
En entrevista con El Sol de México, Francisco Solares, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), indicó que dentro del segmento de la edificación, que engloba varias áreas, la vivienda social y las obras de caminos y carreteras son las que se han mantenido activas.
➡️ Mantente informado en nuestro canal de Google Noticias
De acuerdo con el Indicador mensual de la Actividad Industrial del Inegi, la industria de la construcción tuvo un incremento de 2.5 por ciento respecto a enero, su segunda alza mensual positiva al hilo, y fue impulsada por el segmento de la edificación que creció 3.6 por ciento.
Al respecto, el presidente de la CMIC destacó que el sector de la vivienda ha tenido resultados positivos debido a la colocación de créditos por parte del Infonavit, que creció 14.5 por ciento en el primer trimestre respecto al mismo periodo del año pasado.
“El principal motor ahora es el de la vivienda social, y empieza a crecer por el dinamismo que tiene el Infonavit (…) Esto ha detonado un impulso en el sector, sin embargo, el tema de la edificación en oficinas y centros comerciales ha tenido un gran freno en los últimos meses a causa de la pandemia”, comentó el directivo.
La crisis sanitaria ha llevado a muchas empresas a mantener el trabajo a distancia, lo que abrió espacios de renta en el terreno de las oficinas y frenó el desarrollo de este tipo de proyectos, contó Solares.
Respecto a los centros comerciales, indicó que la caída en ingresos derivó en el freno de inversiones para este tipo de obras en todo el país.
Añadió que la contratación por parte de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) para el mantenimiento y construcción de obras de caminos y carreteras también ha sido positiva para la industria, en particular para las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes).
Pese a ello, el presidente de la CMIC señaló que se está viendo una reactivación en la industria que podría significar un crecimiento de cuatro por ciento en el periodo enero-marzo de este año respecto al último trimestre de 2020.
“Estamos viendo números positivos después de tener una gran caída doble dígito el año pasado como consecuencia de la pandemia”, apuntó.
Indicó que la crisis llevó al cierre de dos mil empresas constructoras, principalmente mipymes, de las cuales confió que algunas puedan regresar a la actividad este año.
Para 2021, la CMIC prevé que la industria tenga un crecimiento de cinco por ciento, como efecto de rebote tras el pésimo año de la pandemia, lo cual se podría traducir en la reapertura de empresas y la recuperación de empleos en el sector.
“Para el crecimiento general de la industria de la construcción tenemos que consolidar varios factores, entre ellos la inversión pública, que en el primer trimestre fue superior a la del mismo periodo del año anterior por casi 500 mil millones de pesos, y la inversión privada que ha tenido un freno más importante”, comentó Solares.
Respecto a la inversión privada, que hasta antes de la pandemia representaba 80 por ciento de los recursos destinados a construcción en el país, advirtió que ha venido disminuyendo.
Datos del Inegi señalan que la inversión fija bruta en el sector lleva casi 24 meses en terreno negativo.
El presidente de la CMIC declaró que el freno a la inversión tiene que ver con la desconfianza del sector privado al cumplimiento del Estado de derecho, particularmente en sectores como el energético.
Sobre los proyectos del Plan de Infraestructura del Sector Privado, de los cuales sólo se han presentado dos paquetes, Solares declaró que están arrancando muy lentamente porque no estaban completos.
En cuanto a la inversión pública, añadió que si bien ha aumentado ésta se concentra en entidades con proyectos prioritarios para el gobierno federal, además de que las grandes obras se reparten entre grandes constructoras y el Ejército, afectando a las mipymes que componen más de 95 por ciento de las unidades productivas del país.
“Es una fórmula que no permite la activación de la economía de la construcción del país y no genera condiciones para la pronta recuperación del país, que además tiene implicaciones del tipo fiscal, ya que va a afectar a corto plazo los ingresos de la Federación. Los constructores debemos seguir construyendo la infraestructura del país”, declaró.
Solares indicó que en su gestión al frente de la CMIC, que inició hace un mes y concluirá a finales de 2022, impulsará nuevas y mejores fuentes de trabajo para las empresas del sector, a través de la reorientación de las constructoras, para que las que se dedican a obra pública puedan realizar también proyectos privados, los cuales, dijo, seguirán representando la mayor inversión en el sector.
“Debemos de voltear a la vivienda y a proyectos de bodegas o centros de distribución, que de acuerdo a tendencia de mercado el comercio va para allá. Debemos reorientar la vocación de las empresas, porque no es lo mismo hacer obra pública que privada, pero a la vez insistir que el gobierno considere nuestras propuestas para que haya más dispersión de obras en toda la industria que es un motor de la economía”, concluyó.