No hay duda de que la economía de México está en un bache. Una contracción en el primer trimestre, el debilitamiento de la producción industrial y la desaceleración de distintos indicadores lo confirman.
Pero a la espera de que se publiquen los datos del Producto Interno Bruto (PIB) al segundo trimestre, crece el debate entre instituciones privadas, analistas y el gobierno acerca de si la segunda mayor economía de Latinoamérica entró en recesión.
De un lado de la barrera, el presidente Andrés Manuel López Obrador insiste en que el país va bien, la economía crece, la moneda está fuerte y que un plan para sanear las finanzas de la petrolera estatal Pemex va a permitir incrementar la producción de crudo y evitar otro castigo a la calificación crediticia.
Y ya hay quienes apuestan que si la cifra del PIB sale negativa, el mandatario volverá a refutar con su ya célebre frase "yo tengo otros datos". En tanto, su nuevo ministro de Hacienda, Arturo Herrera, dijo hace unos días que veía "muy, muy lejos" la posibilidad de una recesión.
Del otro lado de la barrera, entidades como Bank of America Merril Lynch (BofA) afirma que México entró en recesión durante la primera mitad de 2019, pues el PIB se contrajo un 0.2% entre enero y marzo respecto al trimestre previo y anticipa que también se habría contraído entre abril-junio.
Definición a "modo"
Las cifras preliminares del PIB al segundo trimestre serán publicadas el 31 de julio y una segunda y definitiva revisión se darán a conocer el 23 de agosto.
La última señal anticipada del PIB al segundo trimestre fue el dato de producción industrial de mayo, que mostró una caída anual de un 3.1% y llevó a este indicador a su nivel más bajo desde 2009, año de la última recesión en el país.
Y el IGAE (Indicador Global de la Actividad Económica), una especie de PIB mensual, mostró en abril un crecimiento de un 0.1% frente al mes previo. Las actividades primarias (agricultura y ganadería) y terciarias (servicios) tuvieron caídas, mientras que las secundarias (manufactura) aumentaron.
En lo que llegan las cifras del PIB, la diatriba en torno a la recesión radica, en parte, en cómo se mide la economía.
Para BofA, el primer banco que pronosticó formalmente esta etapa, la recesión es la acumulación de dos trimestres consecutivos con caídas respecto al trimestre previo. Pero esta sigue sin ser una definición oficial ni en México ni internacionalmente.
La Oficina Nacional de Investigación Económica de Estados Unidos (NBER, por sus siglas en inglés), por ejemplo, afirma que una recesión se da cuando se registra una declinación significativa de la actividad económica por varios meses, con efectos visibles en el PIB, el ingreso, el empleo, la producción industrial y las ventas minoristas.
"No está claro cuál es el criterio que está definiendo la secretaría de Hacienda para determinar si ya estamos en recesión. Por eso es muy volátil la respuesta", dijo Alfonso Ramírez, presidente de la comisión de presupuesto de la Cámara de Diputados.
"Sin embargo, pues lo que sí hay claridad, hay constancia y preocupación es que la economía no está creciendo como se tenía proyectado. A partir de esa base más que meternos en definiciones técnicas de los distintos criterios que hay para hablar si estamos o no en una recesión", añadió.
Debate con objetivo
Llegar a una conclusión sobre si hay o no una recesión en México es relevante para la definición de políticas públicas para los próximo meses y años, dijeron expertos, mientras el Gobierno confía en apuntalar a Pemex.
"(La definición) sí es importante para la política económica. Si el gobierno considera que hay peligro de una recesión, pues podría aplicar políticas contracíclicas, para impulsar un poco la economía, o el banco de México podría recortar la tasa de interés", dijo Marco Oviedo, economista en jefe para América Latina del banco británico Barclays.
Apenas en junio, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía -encargado de medir y publicar los datos del PIB- informó que creó un grupo de expertos para desarrollar una metodología que permita fechar los ciclos de la economía, que determine cuándo empiezan y terminan las expansiones, auges, recesiones y depresiones en el país.
Otras instituciones, como el Banco de México, tienen sus propios debates internos. En la última reunión de política monetaria en junio, se mencionó en varias ocasiones la posibilidad de que ya haya una recesión local, aunque no fue una idea generalizada.
Uno de los cinco miembros de la Junta de gobierno afirmó que las débiles tasas de crecimiento en el cuarto trimestre de 2018 y el primero de 2019, en conjunto con otros indicadores adelantados que permiten anticipar el desempeño del segundo trimestre, sugieren la posibilidad de una "ligera" recesión.
"Hay que aceptar que la economía del país se está desacelerando y a partir de eso tenemos que ponernos a trabajar", concluyó el diputado Ramírez. (Reporte de Anthony Esposito y Abraham González