Nunca, en más de medio siglo de historia, la producción de telenovelas había representado un riesgo para sus actores. Pero 1957, el año en el que se transmitió el primer melodrama, Senda prohibida, está hoy tan lejos.
La pandemia por el Covid-19 ha obligado a mantener distancia física que, en el caso de las telenovelas y series, representa un dilema. Sin besos no hay historia de amor que atrape al televidente, coinciden productores, directores y actores entrevistados en relación a la ausencia de escenas románticas o contacto físico, como medida preventiva.
Sin definir aún una estrategia única, Televisa se debate entre omitir besos y caricias desde el guion, o sustituir el contacto físico en el rostro y resto del cuerpo por otras acciones, o palabras de cariño, entonación amable y hasta melosa.
La industria televisiva no se plantea todavía acciones drásticas como las que tomó en su momento la producción de películas para adultos en Estados Unidos por la crisis del sida en los años noventa, que propiciaron que en años posteriores, las medidas fueran obligatorias por ley.
El gobierno de California aprobó en 2014 una iniciativa de tres años antes sobre el uso del preservativo en el cine pornográfico. En 2017, autoridades sanitarias de Los Ángeles establecieron que en caso de transmisión del virus del sida en una producción, ésta debe suspenderse y todos los involucrados permanecer 14 días aislados en sus casas.
También en 2017, un caso de sospecha de contagio en una grabación, propició que por ley, las pruebas de VIH de los actores dejaran de aplicarse de cada 28 días y se hicieran catorcenalmente.
En México, las grabaciones de telenovelas y series se retomaron la última semana de mayo. A los foros de Televisa retornaron escalonadamente elenco artístico, directores, realizadores, técnicos y personal de producción, quienes se hicieron la prueba Covid-19, resultando mayormente negativos; los positivos permanecerán en cuarentena en casa. Televisa ha informado que sus instalaciones son sanitizadas por seguridad de los trabajadores.
Para el actor Enrique de la Madrid, de la telenovela Vencer el desamor que produce Rosy Ocampo, la primera en retomar grabaciones, las escenas de besos son imprescindibles. “Yo como actor sí las hago con la actriz que me toque, que aún no sé quién será. Si el libreto lo necesita, lo tengo que hacer. Una historia con los enamorados con cubre bocas y el beso en la frente, no vale, ni visualmente. En mi caso, no tengo ningún problema con hacer la escena con beso y abrazos u otro tipo de contacto físico que se me pida”.
Jorge Ortiz de Pinedo, productor ejecutivo del programa Una familia de diez, junto con su hijo Pedro Ortiz de Pinedo quienes entrarán a grabar la cuarta temporada a principios de julio próximo, confirma que no cambiará el libreto de sus nuevos capítulos, aunque sí se han adaptado a las circunstancias. “Hasta la forma de dar lectura al libreto para los nuevos capítulos hemos cambiado, lo estamos haciendo por computadora y conectándonos por Zoom con los actores, actrices, directores, jefes; esto con el fin cuando lleguemos al foro estemos hachas con las escenas y realizarlas lo más pronto posible. La petición es grabar pronto y con todas las medidas de sanidad y de seguir en Sana Distancia”, dice.
Ortiz de Pinedo reitera, “estaremos trabajando bajo la conciencia de cuidar a los talentos y al equipo técnico, como lo haremos con nosotros para evitar el contagio”. Pero, los besos son parte de su dinámica. “Es muy difícil quitarlos de las historias por la personalidad de los personajes. En Una familia de diez, hay tres parejas de casados, nuestro origen es el amor, la solidaridad y apoyo de familia, entonces no la podemos mutilar porque el amor no se puede ocultar”.
El experimentado actor y productor explica cómo resolverá el dilema de los besos: “como el programa es de comedia, tenemos muchos recursos y trucos con las cámaras, somos de los que no vamos a dejar de hacer esas escenas, por el realismo. Habrá besos, abrazos, contacto físico, realizados con mucho cuidado. Tras las pruebas médicas, que salimos negativos, con todas las precauciones del mundo seguiremos grabando”.
Otro productor que utilizará algunos trucos es Elías Solorio de la serie Vecinos, quien junto con su elenco comenzará a grabar su novena temporada el lunes 15 y que saldrá al aire el próximo 12 de julio. “Entramos al foro cubriendo todos los ángulos de seguridad y sanidad que se nos ha encomendado en esta nueva normalidad”, advierte Solorio.
“Hemos preferido dejar afuera los besos y abrazos que había en los nuevos episodios y aunque no es una historia que necesite mucho contacto físico entre los personajes, los evitaremos y con el cuidado que no afecte el contenido original que los anteriores episodios han llevado. Habrá algunos besos necesarios, pero estas escenas van a simularse, gracias a las cámaras con las que se puede jugar con los ángulos de los actores y al escenificarlos y en ellos cabrá la prudencia de la distancia”.
Las grabaciones de los vecinos en sus juntas, agregó el productor, se harán de forma escalonada, “a fin de que juguemos con la imagen, como si estuvieran en una convivencia normal”.
Rafael Perrín, director de escena de Lorenza, bebé a bordo, cuya producción entró a grabar su segunda temporada el pasado 8 de junio y estrenará a finales de julio, asegura que “el lineamiento que tenemos por parte de la empresa, es que tratemos hasta donde sea posible evitar el contacto de besos y abrazos en las escenas de acuerdo al libreto”.
Adelanta que en caso de tener escenas de besos y abrazos, “habrá el sumo cuidado para hacerlas y corresponderá a los actores evitar el contacto entre sí, serán ellos quienes determinen hasta dónde pueden atreverse hacerlo como parte de la actuación”.
Sin protocolos oficiales, corresponderá a los creativos encontrar una respuesta al dilema de incluir o no escenas de besos en sus producciones y descubrir cómo mantener la esencia de los melodramas televisivos: historias de amor.