El deseo de desarrollar una historia que tocara al espectador fue una inspiración para que el cineasta Carlos Carrera desarrollara la historia de Ana y Bruno. Esta cinta animada, que toca desde la animación distintos temas sobre las relaciones humanas, cuenta la historia de Ana una niña que acompañada de seres fantásticos sale a la búsqueda de su padre, con la intención de rescatar a su mamá de las temibles garras de un médico que la maltrata en un hospital siquiátrico.
Tuvieron que pasar 10 años para que este proyecto llegara a las salas de cine, tiempo en el que Carlos Carrera estrenó otras dos cintas, Backyard y De la infancia. “Así son las películas de animación, se llevan mucho tiempo, y más una que cuesta más del promedio”, afirma el cineasta.
“Lo más difícil es conseguir el dinero”, asegura el mexicano que hace 24 años ganó la Palma de Oro en Cannes por su cortometraje El héroe, que también le llevó varios años de trabajo. “Es complicado hacer cine en México y aún más hacer animación. Es complicado hacer cine o animación en cualquier parte del mundo. Y ya si combinas las cosas pues se vuelve doblemente difícil”, dice.
El caso no fue distinto en la realización de Ana y Bruno, cuyo costo de realización ascendió a los 104 millones de pesos. Carrera tuvo que enfrentar diversos problemas, como la salida de un inversionista justo en plena producción.
“Así pasa cuando uno tiene una historia que no se puede encasillar en una fórmula conocida para asegurar el éxito comercial; que no tiene albures, no es un melodrama, no es romántica ni tiene superhéroes”, menciona sobre esta cinta que aborda temas como la esperanza y el adiós a los seres queridos.
Lo cierto es que los años de espera y trabajo le han dejado como resultado una cinta que fue reconocida en los premios Quirino, en España, como el mejor Largometraje de Animación Iberoamericano, además de ser la película de clausura en la pasada edición del Festival Internacional de Cine de Morelia.
Parte del éxito se debe al trabajo de los actores que prestan sus voces a los personajes, pues según el cineasta ellos fueron quienes complementaron y le dieron otro sentido a la historia. “Hay cosas que no están escritas en el guion, que son producto de su trabajo, de su intuición, de la convivencia entre unos y otros, de reaccionar y contestarse entre ellos”, explica el ganador de 8 premios Ariel y quien fue nominado al Oscar a Mejor Película extranjera por su filme El crimen del padre Amaro.
Como apasionado a su trabajo, Carlos Carrera se siente satisfecho por el resultado de Ana y Bruno, aunque no oculta su inquietud perfeccionista. “Es bonito ver el resultado, pero de repente sí reviso bocetos y digo ‘ay, esto estaba más padre de cómo quedó’. Pero eso es normal en todas las películas, te surgen dudas de ‘bueno, tal vez esto hubiera estado mejor hacerlo así’, pero es muy ocioso”, concluye.
Ana y Bruno cuenta con el doblaje de Marina de Tavira, Regina Orozco, Galia Mayer, Daniel Carrera, Silverio Palacios, Damián Alcázar y Héctor Bonilla, y llegará a cine este viernes.