Sobre el escenario no hay actores ni una escenografía. Sólo unas sillas distanciadas entre sí sobre las que reposan unos audífonos. Arriba unas luces que dentro de unos minutos serán las únicas que iluminen a los asistentes que por poco más de una hora, vivirán la experiencia de quedarse a ciegas.
En el fondo del escenario hay un mensaje pintado en tres paredes: "Si puedes ver, si puedes mirar, observa", pues es lo que el espectador hará, pero no con la vista, sino con el oído.
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Blindness es la primera instalación teatral, diseñada con distanciamiento social por la pandemia. En ella no hay actores. El acto teatral surge en la imaginación del espectador, quien tendrá que concentrarse en su sentido del oído al escuchar a Marina de Tavira narrar Ensayo sobre la ceguera de José Saramago, una historia sobre una epidemia de ceguera que provoca una crisis social.
"Esta historia resulta demasiado cercana a la realidad que está viviendo la humanidad", dice Claudio Carrera, quien junto a Tina Galindo produce esta instalación. "Eso juega a nuestro favor, porque toca las fibras de todos los que vivimos la experiencia, al mismo tiempo que te confronta a lo que pasa en las calles".
Esta experiencia teatral surgió en Londres, donde estrenó en agosto pasado. Luego de viajar a Amsterdam, el Teatro de los Insurgentes en la Ciudad de México se convierte en su tercera sede.
Esto no significa que Blindness pueda describirse como un audiolibro. La experiencia sonora está realizada con la técnica de grabación binaural, donde el escucha percibe los sonidos en 3D.
"Este es un sistema que te permite generar distancias, de modo que gracias a lo que oyes puedes imaginarte dónde está el personaje, las profundidades del campo. Por eso sientes que ella está rodeándote todo el tiempo, que se acerca, se aleja y de pronto, en la gran oscuridad que implica la ceguera, puedes estar ahí metido en ese viaje con ella".
El audio no es el único aliado, pues conforme corre la historia las luces en lo alto hacen su trabajo acercándose al espectador y destellando por momentos. "La luz acompaña cada palabra que va diciendo el personaje de Marina", explica Claudio Carrera.
Para realizar la grabación fue necesario que De Tavira viajara al teatro Donmar Warehouse en Londres, donde originalmente se produjo esta propuesta. La actriz nominada al Oscar trabajó allá con los diseñadores de audio Ben y Max Ringham, y se conectó hasta México para seguir las indicaciones del director Mauricio García Lozano, ambos adaptaron el texto.
"Lo hicimos en una semana de tiempo completo, empezábamos a las 11:00 tiempo Londres y salíamos a las seis de la tarde, con una hora y media de comida. Marina se tuvo que aprender el texto porque se dio cuenta que no podía estarlo leyendo. Es más que un audiolibro, es una experiencia que está buscando conectar literatura con humanidad, personaje, emoción y esta experiencia que también tiene que ver con luces y estar en un teatro que no es teatro", dice el director.
La adaptación al español será montada en Nueva York dentro de la temporada que inicia en dos semanas. "Van a estrenar en inglés e iniciada la temporada programarán funciones específicas en español con la voz de Marina de Tavira".
Al teatro podrán ingresar como máximo 100 espectadores, en un espacio para mil. La producción se conforma por unas 20 personas entre acomodadores, personal del foro, técnicos de audio y tramoyistas. "En Privacidad teníamos a 60 personas trabajando y en Hello, Dolly! unas 130", dice el productor.
Blindness en México se realizó en sociedad con Marina de Tavira, Diego Luna y Luis Gerardo Méndez. En un inicio ofrecerá funciones de viernes a domingo. Luego de presentarse en nuestro país, la instalación llegará a Nueva York, Nueva Zelanda, Washington y Toronto.