En Corea del sur hay una calle que se llama Chungmuro, ahí está la primera sala de cine que existió en el país en 1907, y es, según el director Bong Joon-Ho, el Hollywood coreano.
En la ceremonia más importante para la industria del cine, el guionista y director expresó, “Escribir un guion es un proceso solitario. Nunca escribes para representar a tu país, pero este es el primer Oscar para Corea del Sur”, así fue como Joon-Ho hizo historia y le dio continuidad a un fenómeno cultural en crecimiento, el Hallyu o la llamada Ola coreana.
Bong, conmocionó al mundo con su noveno largometraje: Parásitos, pero sus películas ya habían asombrado a Tarantino. Tiene 50 años de edad y más de 20 años de trayectoria, se graduó de la carrera de Sociología antes de estudiar e incursionar en el cine y es uno de los exponentes más importantes del cine de su país.
Pero no es casualidad, en la década de los 90, las expresiones culturales, tales como la música y los productos audiovisuales se diversificaron en Corea del sur al tomar una dirección distinta a la que se acostumbraba resultado del término de la dictadura política de Park Chung Heem.
Dicho cambio comenzó a notarse hasta el nuevo milenio, y directores como Park Chan-wook, Jang Joon-hwan, Kim Jee-woon, Bong Joon-Ho, entre otros, aportaron una nueva visión sobre corea, sus tradiciones y su historia.
"Todos están muy arraigados a lo que pasa en su país, la historia y la actualidad, y son muy críticos; en sus películas siempre encontramos elementos que definen a la sociedad coreana", explicó a EFE Gloria Fernández experta en cine coreano y fundadora de Cine Asia.
Fue justo en esa década cuando Joon-Ho comenzó sus estudios de cine y 10 años más tarde haría su primer largometraje Barking Dogs Never Bite.
Su trabajo ha sido diverso y ha atravesado por el terror, la ciencia ficción hasta el drama, sin embargo, algo característico en su obra y también común en el cine de la nueva ola coreana, es la mezcla de dichos géneros en una sola película, siendo capaz de llevar al espectador de la comedia al suspenso, una de las particularidades aclamadas de la reciente ganadora al Oscar como Mejor Película, Parásitos.
"Trabajo mucho en mi guión gráfico pero no necesariamente pienso específicamente en eso, es decir, en este momento será una comedia, en el próximo va a ser drama. Sigo mi instinto cuando estoy filmando: no calculo todo en detalle. Me concentro básicamente en la situación, el momento real, el tiempo", comentó el también guionista en la conferencia de prensa que dio en el Festival Cannes 2019.
A pesar de ello el autor considera que sus películas sí pertenecen a cierta clasificación en el cine. "Realizo películas de género, pero no me gusta seguir los códigos convencionales para películas de género. Trato de transmitir mensajes sobre la sociedad a través de estos códigos rotos", añadió en el mismo evento.
De esta manera el éxito de Bong Joon-Ho después de la entrega del Oscar, no supone un inicio del cine surcoreano, sino que es resultado de una expansión cultural que ha surgido desde finales del siglo pasado, en las que además de la trayectoria cinematográfica de grandes exponentes coreanos, también se encuentran los denominados doramas (telenovelas coreanas) y el K-pop, estilo musical que ha conquistado los corazones de miles de jóvenes alrededor del mundo.