En la esquina del Callejón del Cano y la calle Naranjo en la colonia Atlampa hay un microbús con pasajeros arriba. Un grupo de asaltantes se sube y forcejea con Tacho, un hombre de edad avanzada que parece no ser de aquí. La lluvia y la rapidez del hecho provocan temor en sus protagonistas y la curiosidad de los vecinos que se preguntan qué filman las cámaras que hay alrededor del transporte.
Es una de las escenas de la película 500 millones de zapatos rojos, ópera prima de Carlos Kaiser, que tuvo tres semanas de rodaje en la Ciudad de México y dos en el desierto de San Luis Potosí, cuenta la historia de Tacho, un campesino que viene a la capital del país para reconocer el cuerpo de su hija, con quien no había hablado en 30 años.
"Me gusta pensar que la película habla sobre volver al origen y la esencia, con una especie de acto catártico hacia el final", dice su director minutos antes de rodar la escena. "Es un drama bajo el paraguas del road trip, sobre un hombre que emprende un viaje y donde le van aconteciendo cosas y que conoce a personas por momentos breves como parte de su camino", agrega.
Tacho no sólo es el diminutivo del personaje principal, sino también el de su protagonista: Eustacio Ascacio Velázquez, un minero retirado de 70 años. Carlos Kaiser lo descubrió mientras veía un reportaje sobre la defensa de las tierras en el ejido de Tenochtitlán, en Coahuila y quedó impresionado por su físico y forma de expresión.
"Él es un hallazgo, porque no es actor. Pero en cuanto lo vi supe que podía hacer esta historia", dice Kaiser, originario de San Luis Potosí y que antes de escribir el guion de esta historia estudió producción en Madrid y montó la agencia publicitaria Wabi Productions.
Gabriela Maldonado, productora de la cinta, se negó en principio a la idea de que Tacho estuviera al frente de un proyecto así, "pensaba que un no actor no podía sostener la carga emocional que lleva este personaje".
Pero el equipo de casting viajó al ejido de Tenochtitlán para buscar a Tacho, "teniendo como referencia sólo su nombre, la zona y la foto de cómo era él", comparte la productora.
"Ahí mismo le hicieron un pequeño casting, en frío, sin ningún tipo de preparación, y lo hizo tan bien que no podíamos dejar pasar la oportunidad de trabajar con este señor".
Según Gabriela Maldonado, quien ha producido otros filmes como Amores modernos, de Matías Meyer y las cintas galardonadas en el Festival Internacional de Cine de Morelia, Richochet y Todo lo demás, la película de Carlos Kaiser enfrentó varios retos al filmar en plena pandemia, como cuando la morgue donde realizarían una de las escenas clave, quedó inhabilitada.
"Se convirtió en una morgue Covid y ya no pudimos acceder; empezamos a buscar hospitales y morgues pero fue imposible. Así que tuvimos que construir ese set en el edificio del periódico La Prensa, donde hicimos muchos sets como una oficina, un banco y un pasillo", relata.
Además, la producción, que cuenta con un presupuesto estimado de 17 millones de pesos, tuvo que destinar más de 600 mil pesos para evitar contagios Covid-19 en el set.
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"Es un presupuesto que en principio no teníamos planeado, y que va de insumos y pruebas semanales que realizamos dos veces por semana. Ha sido un gasto importante sobre todo para una ópera primera y una película mexicana", abunda la productora.
500 millones de zapatos rojos cuenta con el apoyo fiscal Eficine, y es una coproducción entre México e Italia. Tras concluir filmaciones y una post producción programada para seis meses, la cinta espera estrenar en festivales de cine como el de San Sebastián o Morelia en 2022.
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