Con o sin el maldito virus, Pedro Infante es Pedro Infante. Y aunque no habrá este año evento en el panteón Jardín, sus fans lo recordarán hoy al cumplirse el 63 aniversario de su muerte.

Será desde casita, sana distancia. Y es que año con año se le recuerda al actor y cantante sinaloense, incluso el día de su nacimiento, porque sencillamente es el máximo ídolo de México.

Esta vez, será distinto. La tumba en el cementerio extrañará el bullicio de la gente, pues la autoridad prohibió las reuniones de más de 50 personas, por culpa del engendro asesino llamado Covid 19, y el año pasado había más de 500.

Tampoco habrá vendimia de tazas, vasos, llaveros, fotografías, playeras, discos, libros, películas y toda clase de artículos alusivos a Pedro, y mucho menos puestos de comida, refrescos, golosinas, o misa con música de mariachi.

El tiempo transcurre y, a 63 años de distancia de aquel trágico avionazo en el que perdió la vida el Ídolo de Guamúchil, los admiradores de Pedro no cesan. Muchos jóvenes de actualidad lo buscan porque la admiración continúa transmitiéndose de padres a hijos; de ahí que los éxitos musicales que hicieron grande al artista y que hoy pertenecen a la cultura popular del pueblo mexicano, siguen escuchándose como si nada hubiera pasado.

Seguramente, Lupita Infante le cantará Mi cariñito arrellanada en un sillón de la sala, y se seguirá con Cien años, Amorcito corazón y El oso carpintero, en un acto solemne de recordatorio a su padre, pero ahora sin gente del pueblo.

“Pedro Infante vive en nuestros corazones”, ha dicho Lupita, quien aplaude desde su aislamiento al intérprete de películas como Pepe el Toro, Los tres García, ¿Qué te ha dado esa mujer?, Nosotros los pobres, Tizoc, Escuela de vagabundos y También de dolor se canta, entre muchas más.

Pedro Infante falleció el 15 de abril de 1957, pero su muerte, irónicamente, lo volvió inmortal. Su recuerdo permanece en la memoria del pueblo mexicano.