Daniela Spalla ya no quiere asumir el papel de víctima en sus canciones. Su forma de entender el amor, dice, ha cambiado. Quienes la siguen desde que comenzó su carrera en 2005 o quienes la conocen por su exitoso disco Camas separadas (2018), saben que la melancolía y el desamor son los ingredientes favoritos del banquete que ofrece la cantautora argentina.
Pero ella ya no quiere eso. “Como mujer me he replanteado muchas cosas en los últimos años y he pensado sobre mi lugar en una relación y en la vida. Yo venía escribiendo mucho sobre la víctima, y creo que como persona ya no estoy en un lugar así. Esa es una de las cosas de las que me tengo que desprender. Y no es fácil, porque sé que ese tipo de letras conectan mucho con la gente”, cuenta en entrevista con El Sol de México a propósito de la versión que acaba de hacer de Veneno, una de las canciones más sombrías de Zoé.
El cover de Spalla fue incluido en un disco tributo a la banda mexicana que ya está disponible en plataformas digitales. La compositora cordobesa atribuye su necesidad de transformarse a una forma diferente de comprender relaciones amorosas desde una perspectiva no binaria.
“Hay una cuestión en mis letras que quiero cambiar. Es la manera en que veo las relaciones. Tenemos una forma de verlas con base en los roles de género, sobre todo entre la mujer y el hombre en el caso de las relaciones binarias y heterosexuales. Creo que esa visión ahora está perdiendo vigencia”, asegura.
A diferencia de hace tres años, Daniela utiliza menos artificios del lenguaje en sus canciones. Dice que trata de ser más directa, más clara. “Veneno tiene muchas metáforas. Fue un desafío para mí interpretar todas”.
Con instrumentos de viento y rasgueos bossa que imprimen una atmósfera muy jazzera, la cantante teje una versión menos "oscura" que la original, aunque no por ello menos melancólica.
"Mis canciones son muy autorreferenciales, tienen mucho que ver con mis experiencias. En la medida que uno va sanando heridas del corazón, va dejando el lugar de víctima”.
México es uno de los países preferidos por Spalla. Vive aquí desde hace varios años. Ahora vienen por nosotros (2014) fue su trampolín a la fama. Aquel álbum la hizo llenar foros en toda América Latina y le valió una nominación al Grammy Latino. Hoy es una de las voces protagónicas del pop alternativo en español, donde las mujeres ganan cada vez más terreno.
Para ella, la creación musical siempre ha sido un proceso solitario. Pero en este confinamiento, dice, reforzó una idea que ya traía en la cabeza desde antes: ser más colaborativa. “Ya no quiero hacer música tan sola. Este año me propuse que iba a componer y a tocar con otra gente. Llegué de Argentina en enero y empecé a llamar a amigos y amigas. He hecho el ejercicio de replantear el discurso femenino trabajando con otras compositoras”.
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El cover de Veneno, afirma, es un buen primer paso para diversificar sus procesos artísticos. Conoció a Zoé por primera vez en 2008, en un programa de televisión. Asegura que la agrupación originaria de Cuernavaca es el arquetipo de lo que una buena banda debe ser: independiente en sus ideas, libre en su creación y sólida en su formación. Con más de dos décadas de carrera, muchos ya consideran a este grupo como la última gran banda de rock en español capaz de llenar estadios.
“Para mí son un ejemplo. Han hecho las cosas a su manera y han persistido. Por eso también creo que han conectado con tanta gente, porque siempre han sido fieles a ellos mismos y a su música antes que a cualquier otra cosa. Zoé nos muestra cómo es que no hay que vender el alma”, observa Spalla.