Aun cuando su imagen seguirá proyectando inocencia eternamente, cuatro maridos en su haber forman parte de la leyenda que nos deja Doris Day. La gran Doris Day. Así eran las rutilantes estrellas de Hollywood de antes, y Doris era una de ellas.
Fue una de las figuras que abrieron brecha a las mujeres en el ámbito de la música popular en Estados Unidos, sin embargo, su consagración artística la conquistó en el cine, donde mostró talento para la comedia desde que debutó en 1948 en la cinta Romance en alta mar cuando era una jovencita.
Los Beatles la mencionan en una tonadilla que escribieron al cuarto para las doce para rellenar el álbum Let it be, Dig it, porque en la década de los sesenta la rubia actriz y cantante era todo un referente en el espectáculo estadunidense, y admirada y querida a nivel mundial incluso por el Cuarteto de Liverpool.
Hoy, sin embargo, ya no está en este mundo, físicamente hablando. Ha partido a los 97 años de edad, pero, al igual que la gran mayoría de las estrellas de su época, hizo historia; una historia que no es fácil repetir en los tiempos modernos, cuando el espectáculo ha perdido gran parte de su magia y su ilusión debido a la tecnología.
A Doris, simplemente, le tocó vivir en el tiempo exacto, justo para triunfar hasta alcanzar la gloria que le brindaron la fama y la fortuna, el éxito, como resultado de un talento a toda prueba combinado con esfuerzo y dedicación que exhibió actuando para directores de la talla de Michael Curtiz, David Buttler y el mismísimo Alfred Hitchcock. En 1989 recibió el codiciado premio Cecil B. DeMille y todavía a los 89 años de edad grabó un álbum que llevó por título Mi corazón.
¿QUIÉN ERA?
Hija de padres de ascendencia alemana, Doris Mary Ann Kappelhoff nació en el seno de una familia de clase media en Evanston, Ohio, el 3 de abril de 1922 y fue bautizada bajo la inspiración de una actriz del cine mudo llamada Doris Kenyon, precisamente. Había soñado convertirse en bailarina, pero un accidente automovilístico le truncó ese sueño y Doris decidió, entonces, enfocarse en el canto y la actuación.
En realidad, inició su carrera actuando en centros nocturnos con las llamadas big bands, donde acompañaba a cantantes como Les Brown y Bob Crosby, siendo el primero con quien lanzó la clásica melodía Jornada sentimental, que rápidamente alcanzó el número uno en las listas de Billboard.
Fue precisamente Curtiz quien la dirigió en su debut cinematográfico, Romance en alta mar, papel que obtuvo tras imponerse a 100 aspirantes en un casting. Poco tiempo después le siguió una lista de musicales como Té para dos y Doris Day en el oeste, filme que ganó el Oscar a mejor canción por Amor secreto.
A lo largo de su carrera, de la cual se retiró definitivamente hace una década, Doris tuvo la fortuna de alternar con astros de primer nivel como James Cagney, David Niven, Clark Gable, James Stewart, Cary Grant, Richard Harris y Richard Widmarck.