El actor y empresario argentino Julián Gil aseguró que 2017 ha sido el año más difícil de su vida. Lloró por no poder ver a su hijo, producto de su relación con la venezolana Marjorie de Sousa, en lo que aquí ya es catalogado como el escándalo del año de la farándula latina.
En una visita a Miami para invitar a los puertorriqueños a recrear en esta urbe las Fiestas de la Calle de San Sebastián los días 20 y 21 de enero próximo, Gil, cuyos otros hijos Nicolle y Julián Jr. nacieron en Puerto Rico, hizo ante periodistas un balance de lo que ha sido su vida en el último año.
Éste ha sido “el año más duro de mi vida, de más aprendizaje y de más madurez que te puedas imaginar. Obviamente no te puedo negar que no ha sido un año bonito, pero he sido atacado por todos lados. He sido denigrado, he sido juzgado, he sido separado de mi hijo. (Marjorie) me ha tratado de meter preso, pero aquí estoy”, afirmó.
Gil, de 47 años de edad y nativo de Buenos Aires, llevó su dolor también a la televisión y durante un programa de la cadena Univisión, compartió entre lágrimas su pesar por no poder ver a su hijo Matías.
La unión que sorprendió a todos y que se vino a pique a principios de 2017, tras el nacimiento de Matías, ya ha sido calificada como “el escándalo del año”, luego de que en una encuesta de la televisora la pareja alcanzó el 62.1% como el escándalo más polémico de 2017.
Ambos actores se la han pasado en tribunales de México por la disputa de Matías, quien aún no cumple un año de edad.
Desde hace seis meses el actor, quien asegura que es “padre” del menor, solo ha podido ver al niño dentro de los juzgados y describe esos momentos como “incómodos”, debido a la cantidad de gente que lo vigila.
Pero una prueba de ADN podría esclarecer algunas dudas y darle un nuevo giro al caso en 2018. Julián Gil viajará el próximo 4 de enero a México para hacerse esa prueba, con el fin de confirmar si es el padre de Matías, y con ello avanzar en la disputa por ver a su hijo.