Con más de siete décadas de legado artístico, Flor Silvestre falleció este miércoles 25 de noviembre a los 90 años de edad, rodeada de sus hijos y nietos, pero por lo que siempre será recordada será por el legado que junto con Antonio Aguilar dejó para la música, el cine y los espectáculos ecuestres de México.
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Fue a la edad de 13 años cuando Flor Silvestre se encontró cara a cara con su destino, pues fue en un Teatro del Pueblo donde cantó por primera vez para el público y a partir de ese momento incursionó en la radio mexicana, pero su memento llegó hasta que ganó un concurso en la XEW y su éxito fue en aumento.
Guillermina Jiménez Chabolla, como se llamara en vida Flor Silvestre, también se convirtió en una estrella de cine, interpretando a la mujer ranchera mexicana en sus papeles, se ganó al público por su talento y su belleza.
Al tiempo que desarrolló su carrera como actriz, Flor Silvestre también realizó una serie de discos con importantes disqueras como Columbia Records, RCA Victor y Musart.
Flor Silvestre ya se había consagrado como una gran artista al lado de figuras como María Félix y José Alfredo Jiménez, por lo que incursionó en la radio con el programa “Increíble pero cierto”, transmitido por la XEW, donde el destino ya le tenía preparada una sorpresa, conocería a Antonio Aguilar.
Para 1955 Aguilar y Flor Silvestre protagonizaron su primera película juntos, “La huella del chacal”, pero tuvieron que pasar dos años para que en el rodaje de “El rayo de Sinaloa” se enamoraran y dos años después contrajeron matrimonio.
A partir de su matrimonio con Antonio Aguilar en 1959, Flor Silvestre y “El charro de México” se dedicaron a una carrera artística en colectivo, compartían su amor por el canto, montar a caballo, la vida en el campo, las películas sobre todo de romance y de la Revolución Mexicana .
Los restos de Flor Silvestre serán depositados junto a los de Antonio Aguilar el rancho de la familia en Tayahua, Zacatecas.