Convocados por Eloy Tarcisio, 76 artistas, entre colegas y alumnos, participarán en el festival internacional de performance Manifesta III. El encuentro se realizó por primera vez en 1993, para la apertura del espacio de creación y exhibición X Teresa y este viernes 26, se llevará a cabo para conmemorar el 30 aniversario del museo creado por Tarcisio, ubicado en el ex templo y convento de Santa Teresa la Antigua, justo frente al estudio que el artista ocupó durante cuatro décadas.
X Teresa nació como “un espacio para las artes no convencionales, el arte alternativo yo le llamaba”, cuenta Tarcisio en entrevista con El Sol de México. Desde su apertura, agrega quien fue director del museo de 1993 a 1998, “ha podido tener una relación con el mundo en tiempos de lo contemporáneo, lo nuevo, de todo aquello que fue mutando hacia otras maneras de manifestar creativamente”.
La iniciativa con la que conmemora los 30 años del recinto, tiene su antecedente en Manifiesta II, de 1998, que plantea “una reflexión en la calle, del artista con un público involuntario frente a una nueva manera de construir creativamente el acercamiento con el espectador, lo que sería desde el punto de vista de Juan José Gurrola, la ´cábula situacionista’, el performance para él, tenía que ver con ese juego de relacionarnos con el púbico y hacerlo partícipe de las acciones”.
A 30 años del inicio de esa aventura, la invitación que hizo el artista a otros creadores, fue a tomar Primo Verdad, “una calle muy importante porque tiene la primera imprenta de América, X Teresa, el Palacio de la Autonomía, el Templo Mayor, el Arzobispado y un edificio donde expertos del INAH hacen investigaciones arqueológicas”, describe a propósito del escenario que durante cuatro horas, de las tres de la tarde a las siete de la noche, será tomado por las acciones performativas en las que el propio Eloy Tarcisio participará.
“Los artistas van a estar trabajando simultáneamente y el público podrá transitar entre todos ellos, al grado que serán parte de un gran performance, se va a convertir en una acción insólita, inolvidable, que el público y los mismos artistas van a vivir de una manera nueva”.
En estos 30 años el performance ha cambiado tanto, señala el artista, “al grado de que, platicando con Serge Pey (el artista francés), a él se le ocurría que lo que nosotros hacemos debería de llamarse anti performance, porque todo ahora ya es performance, una persona tocando el piano, sea lo que sea que toque, un bailarín haciendo una presentación, una inauguración se le llama performance, pero su esencia tiene que ver con una reflexión, una crítica, un cuestionamiento, es una llamada de atención, un ejercicio de decir algo, no simplemente de mostrarse, exhibirse, decorar, que es lo que el arte convencional ha venido haciendo y aquel que critica, que cuestiona, vuelve a ser sacado del entorno del arte y se vuelve otra vez un campo de oportunidad..."
"El arte es para hacer que el espectador reflexione lo que está viendo, no tiene que quedarse de una manera pasiva frente a la obra, sino que tiene que irse con una disrupción”.
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Esa es la intención de las obras que se presentarán en Manifesta III, concluye el artista, “va a ser una propuesta no para decorar la calle, no para que los vean bonito, o que les aplaudan”.