/ jueves 29 de agosto de 2024

[Entrevista] Elsa y Elmar La magia de la intuición

Antes del estreno de su cuarto disco, la cantautora colombiana habla del giro que ha dado su carrera en esta producción, impulsada por un accidente que casi le costó la vida

Fue hace poco más de una década cuando la cantautora Elsa Carvajal, mejor conocida en buena parte de Latinoamérica como Elsa y Elmar, comenzó a dar a conocer su música, en la que fusiona el pop con elementos folk, tropicales y latinos.

Desde entonces, la colombiana se ha hecho acreedora a varias nominaciones y premios, además de una notable base de seguidores -principalmente de México, si las métricas de Spotify no mienten- y primordialmente de mujeres.

Te puede interesar: Café Tacvba: 30 años de su REvolución mexicana

Esto no es una suposición, sino algo que tienen claro sus propias seguidoras, quienes se preguntan si hubo algo en particular que llevó a la artista a conectar más con este sector de la población.

“Yo nunca pensé que iba a terminar con esa bandera. O sea, yo nunca me hice el propósito de hacer música para las mujeres o para cierto grupo de personas. Sólo hago la música que genuinamente me sale”, dice en entrevista con El Sol de México.

“Lo que es cierto -continúa- es que yo crecí en una familia de puras mujeres, muy matriarcas todas, en donde la mujer era la que trabajaba y la que sacaba adelante de la familia, pero sin problemas con la identidad, porque a mis conciertos además de muchas mujeres también va mucha gente de la comunidad LGBTQ+ y así ha sido mi vida, desde pequeñita.

Una de las canciones que más destacan de su repertorio cuando se habla de la esencia feminista es “Entre las piernas”, acerca de la cual comenta:

“Cuando la escribí tampoco lo pensé mucho, creo que fue un día en el que me encontraba con una irritabilidad premenstrual en el que dije: Estoy cansada de cantar sobre el amor y entonces hice esta canción.

Y para cerrar ese tema, la cantautora aclara:

“Yo hago música para todo el mundo y naturalmente resuenan las personas iguales a mí, pero mi sueño es que todos resuenen con ella, porque todos tenemos una dimensión femenina y una masculina, así que espero que también los hombres puedan desarrollar ese lado femenino sin que les de pena ponerse a oír esta música tan sentimental, pero yo creo que a todos les llega la hora de que les rompen el corazón, hasta a los más machos… A todos les llega la hora de Elsa y Elmar, sólo hay que tener paciencia, y yo la tengo”.

Espero que también los hombres puedan desarrollar su lado femenino sin que les de pena oír esta música tan sentimental; yo creo que a todos les llega la hora de que les rompan el corazón, hasta a los más machos

Su propio Palacio

Esta semana Elsa y Elmar lanza su cuarto álbum, Palacio, que a diferencia del anterior, ya no somos los mismos (2022) es menos nostálgico y mucho más enérgico. ¿Pero a qué se debe ese cambio de rumbo?

“El disco pasado lo hice después de terminar una relación, una de esas que nos marca y nos transforma, pero después de eso, justo el día en que sacaron las nominaciones de los Latin Grammy, con el que fui nominada por el disco pasado, yo sufrí un accidente grave y luego me desperté preguntándome si debía seguir haciendo música, y la respuesta fue que sí, pero ahora con mis propias reglas y bajo el ecosistema que yo quiero construir, porque me dije: Si ya me salvé de morir, entonces lo de menos es cambiar todo lo que me hace sentir incomodidad o injusticia, tengo que dejar de estar donde no quiero estar y esa fue una decisión que me tomó dos años y la cual plasmé en este disco”.

¿Eso significa que anteriormente no se hacía todo bajo tus reglas?

Anteriormente yo tenía que luchar para que creyeran en mí y rogar por respeto y para que otros creyeran en mi visión y en cómo veo a mi música, por eso cuando desperté dije: Ya no voy a perder el tiempo tratando de convencer a otros de lo que yo valgo.

Hablando de las múltiples nominaciones al Latin Grammy que has tenido, ¿son muy importantes para ti los premios?

No, para nada. Para mí es importante que la gente vaya a mis conciertos y que escuche mi música. Los premios podrían llegar a ser importantes para que quienes consideran que un premio nos valida vean que tener una visión distinta y defenderla pues tarde o temprano te lleva a algún lugar, pero hoy en día para mí son cero importantes.

¿Y musicalmente, hacia dónde quisiste ir en esta ocasión?

Para este disco lo que había era mucha libertad, porque a raíz de las decisiones de cambiar toda la estructura con la que trabajaba, entré en un periodo de congelamiento en el que digamos que nadie me pedía que hiciera música; nadie me estaba esperando, ni estaba presionando, no había expectativa, es decir, nadie me estaba diciendo: ¿Por qué mejor no haces este género que está sonando mucho? Así que decidí seguir explorando mi propio género, es decir, que las canciones respondan a lo que yo estoy diciendo y a cómo me estoy sintiendo, como que es una cosa muy intuitiva… Así que para mí el disco es muy de pop urbano, porque trae mucho de mi vida en la ciudad, de lo que me gusta, que es ir a los tianguis y divertirme mientras estoy aquí.

“Y también es importante decir -agrega- que todo este disco trata de que no estoy en una posición sumisa, ni frágil, ni tierna, sino de que estoy conquistando un mundo interior, en el que se ve una capa agresiva y contundente donde se refleja lo que siento en muchos sentidos”.

En este disco vuelves a trabajar con Julián Bernal, que te había acompañado desde el disco anterior

Sí, bueno en el disco anterior fue increíble que pude trabajar con todos los productores más codiciados de la industria musical, pero hubo un momento en el que de pronto me pregunté: ¿y dónde está la innovación después de haber hecho un disco con tantas personas tan reconocidas? Siento que ya después, en un periodo de recogimiento pude ver que lo que hicieron todos estos productores fue como darle una especie de validación a mis ideas y de ver que yo tengo algo que decir y por eso traje de vuelta a Julián, que es mi mejor amigo desde hace 12 años y con quién tengo una complicidad gigante, así que le dije, no quiero que me ayudes, quiero que hagamos un disco los dos, quiero que las cosas se decidan rápido y que se hagan intuitivamente, sin mucha edición… Él para mí es un aliado.

¿Qué nos puedes decir de la portada, con todos esos elementos gráficos y esa saturación visual que muestra?

Esa portada parece un collage, ¿no? Pero más bien es algo de la vida real, porque es una instalación de arte en la que todos los objetos fueron hechos a mano, la hicimos en la colonia Doctores, y cada pieza de arte que aparece ahí va a estar apareciendo en cada uno de los videos de las canciones; fue la manera en que yo quería que se reflejara el universo de Palacio, poniendo atención en el esfuerzo, el trabajo hecho a mano y la paciencia que requieren las cosas… Visualmente, yo quise que tuviera mucho del mundo digital, de esos aparentes errores que en este caso son una decisión estética, desde la distorsión digital, hasta el título pixeleado, como hablando de nuestra vida con los celulares, así que al final la portada termina siendo una explosión de color y de efectos que hablan también del mundo en el que yo vivo, donde se ven muchos colores y muchos elementos.

Ya llevas varios años viviendo en México. ¿Qué te llevó elegir este país para radicar?

La colombiana eligió México para vivir porque se dio cuenta de que en este país había un circuito que le permitiría difundir mejor su música

Fue muy chistoso, porque aunque nunca había venido, yo tenía muchos amigos mexicanos y después de que empecé a sacar mi música en 2013, me dijeron que seguramente acá les iba a gustar mucho lo que hacía, y por otro lado yo estaba viendo que tal vez Colombia no tenía un circuito en el que se pudiera mover bien mi música, fue que agarré mis maletas y me vine para comprobar que tenían razón en lo que me decían.

La artista define su nuevo álbum como un disco libre, contundente y universal / Cortesía, Elmar Presenta

En esa época el sello Intolerancia nos mandó tu primer EP, Sentirnos bien, cuya portada me llamó la atención, por la reapropiación que hiciste de la portada de You can dance, de Madonna

Sí, fue más o menos en 2013 o 2014 la primera vez que vine a México; es chévere lo que mencionas, porque luego se da uno cuenta de todas las personas que ya desde entonces estaban pendientes. Sobre la portada, no sé decirte por qué lo hice, creo que no tenía mucha idea de esa portada y que se me hizo divertido usar ese chal y dejar ese espacio para que no saliera mi cara. Y así como eso, hay muchas cosas que hago así, instintivamente y después tengo que buscarles una explicación…

Como a la razón por la que te pusiste el alias de Elsa y Elmar…

Sí, porque en ese momento yo no le quería poner mi nombre a mi proyecto musical, por eso pensé en un nombre que sonara a algo más grande que yo, ahora ya me hace más sentido llamarme así, pero es un hecho que al principio tampoco sabía como explicar eso.

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Antes de despedirnos, le pedimos que mencione las primeras tres palabras que le vengan a la mente para definir este nuevo álbum, a lo que responde:

“Este disco es muy libre… Y es contundente. También tiene muchas cosas de sentimientos, de cosas muy universales, así que diría que: Libre, contundente y universal”.

Fue hace poco más de una década cuando la cantautora Elsa Carvajal, mejor conocida en buena parte de Latinoamérica como Elsa y Elmar, comenzó a dar a conocer su música, en la que fusiona el pop con elementos folk, tropicales y latinos.

Desde entonces, la colombiana se ha hecho acreedora a varias nominaciones y premios, además de una notable base de seguidores -principalmente de México, si las métricas de Spotify no mienten- y primordialmente de mujeres.

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Esto no es una suposición, sino algo que tienen claro sus propias seguidoras, quienes se preguntan si hubo algo en particular que llevó a la artista a conectar más con este sector de la población.

“Yo nunca pensé que iba a terminar con esa bandera. O sea, yo nunca me hice el propósito de hacer música para las mujeres o para cierto grupo de personas. Sólo hago la música que genuinamente me sale”, dice en entrevista con El Sol de México.

“Lo que es cierto -continúa- es que yo crecí en una familia de puras mujeres, muy matriarcas todas, en donde la mujer era la que trabajaba y la que sacaba adelante de la familia, pero sin problemas con la identidad, porque a mis conciertos además de muchas mujeres también va mucha gente de la comunidad LGBTQ+ y así ha sido mi vida, desde pequeñita.

Una de las canciones que más destacan de su repertorio cuando se habla de la esencia feminista es “Entre las piernas”, acerca de la cual comenta:

“Cuando la escribí tampoco lo pensé mucho, creo que fue un día en el que me encontraba con una irritabilidad premenstrual en el que dije: Estoy cansada de cantar sobre el amor y entonces hice esta canción.

Y para cerrar ese tema, la cantautora aclara:

“Yo hago música para todo el mundo y naturalmente resuenan las personas iguales a mí, pero mi sueño es que todos resuenen con ella, porque todos tenemos una dimensión femenina y una masculina, así que espero que también los hombres puedan desarrollar ese lado femenino sin que les de pena ponerse a oír esta música tan sentimental, pero yo creo que a todos les llega la hora de que les rompen el corazón, hasta a los más machos… A todos les llega la hora de Elsa y Elmar, sólo hay que tener paciencia, y yo la tengo”.

Espero que también los hombres puedan desarrollar su lado femenino sin que les de pena oír esta música tan sentimental; yo creo que a todos les llega la hora de que les rompan el corazón, hasta a los más machos

Su propio Palacio

Esta semana Elsa y Elmar lanza su cuarto álbum, Palacio, que a diferencia del anterior, ya no somos los mismos (2022) es menos nostálgico y mucho más enérgico. ¿Pero a qué se debe ese cambio de rumbo?

“El disco pasado lo hice después de terminar una relación, una de esas que nos marca y nos transforma, pero después de eso, justo el día en que sacaron las nominaciones de los Latin Grammy, con el que fui nominada por el disco pasado, yo sufrí un accidente grave y luego me desperté preguntándome si debía seguir haciendo música, y la respuesta fue que sí, pero ahora con mis propias reglas y bajo el ecosistema que yo quiero construir, porque me dije: Si ya me salvé de morir, entonces lo de menos es cambiar todo lo que me hace sentir incomodidad o injusticia, tengo que dejar de estar donde no quiero estar y esa fue una decisión que me tomó dos años y la cual plasmé en este disco”.

¿Eso significa que anteriormente no se hacía todo bajo tus reglas?

Anteriormente yo tenía que luchar para que creyeran en mí y rogar por respeto y para que otros creyeran en mi visión y en cómo veo a mi música, por eso cuando desperté dije: Ya no voy a perder el tiempo tratando de convencer a otros de lo que yo valgo.

Hablando de las múltiples nominaciones al Latin Grammy que has tenido, ¿son muy importantes para ti los premios?

No, para nada. Para mí es importante que la gente vaya a mis conciertos y que escuche mi música. Los premios podrían llegar a ser importantes para que quienes consideran que un premio nos valida vean que tener una visión distinta y defenderla pues tarde o temprano te lleva a algún lugar, pero hoy en día para mí son cero importantes.

¿Y musicalmente, hacia dónde quisiste ir en esta ocasión?

Para este disco lo que había era mucha libertad, porque a raíz de las decisiones de cambiar toda la estructura con la que trabajaba, entré en un periodo de congelamiento en el que digamos que nadie me pedía que hiciera música; nadie me estaba esperando, ni estaba presionando, no había expectativa, es decir, nadie me estaba diciendo: ¿Por qué mejor no haces este género que está sonando mucho? Así que decidí seguir explorando mi propio género, es decir, que las canciones respondan a lo que yo estoy diciendo y a cómo me estoy sintiendo, como que es una cosa muy intuitiva… Así que para mí el disco es muy de pop urbano, porque trae mucho de mi vida en la ciudad, de lo que me gusta, que es ir a los tianguis y divertirme mientras estoy aquí.

“Y también es importante decir -agrega- que todo este disco trata de que no estoy en una posición sumisa, ni frágil, ni tierna, sino de que estoy conquistando un mundo interior, en el que se ve una capa agresiva y contundente donde se refleja lo que siento en muchos sentidos”.

En este disco vuelves a trabajar con Julián Bernal, que te había acompañado desde el disco anterior

Sí, bueno en el disco anterior fue increíble que pude trabajar con todos los productores más codiciados de la industria musical, pero hubo un momento en el que de pronto me pregunté: ¿y dónde está la innovación después de haber hecho un disco con tantas personas tan reconocidas? Siento que ya después, en un periodo de recogimiento pude ver que lo que hicieron todos estos productores fue como darle una especie de validación a mis ideas y de ver que yo tengo algo que decir y por eso traje de vuelta a Julián, que es mi mejor amigo desde hace 12 años y con quién tengo una complicidad gigante, así que le dije, no quiero que me ayudes, quiero que hagamos un disco los dos, quiero que las cosas se decidan rápido y que se hagan intuitivamente, sin mucha edición… Él para mí es un aliado.

¿Qué nos puedes decir de la portada, con todos esos elementos gráficos y esa saturación visual que muestra?

Esa portada parece un collage, ¿no? Pero más bien es algo de la vida real, porque es una instalación de arte en la que todos los objetos fueron hechos a mano, la hicimos en la colonia Doctores, y cada pieza de arte que aparece ahí va a estar apareciendo en cada uno de los videos de las canciones; fue la manera en que yo quería que se reflejara el universo de Palacio, poniendo atención en el esfuerzo, el trabajo hecho a mano y la paciencia que requieren las cosas… Visualmente, yo quise que tuviera mucho del mundo digital, de esos aparentes errores que en este caso son una decisión estética, desde la distorsión digital, hasta el título pixeleado, como hablando de nuestra vida con los celulares, así que al final la portada termina siendo una explosión de color y de efectos que hablan también del mundo en el que yo vivo, donde se ven muchos colores y muchos elementos.

Ya llevas varios años viviendo en México. ¿Qué te llevó elegir este país para radicar?

La colombiana eligió México para vivir porque se dio cuenta de que en este país había un circuito que le permitiría difundir mejor su música

Fue muy chistoso, porque aunque nunca había venido, yo tenía muchos amigos mexicanos y después de que empecé a sacar mi música en 2013, me dijeron que seguramente acá les iba a gustar mucho lo que hacía, y por otro lado yo estaba viendo que tal vez Colombia no tenía un circuito en el que se pudiera mover bien mi música, fue que agarré mis maletas y me vine para comprobar que tenían razón en lo que me decían.

La artista define su nuevo álbum como un disco libre, contundente y universal / Cortesía, Elmar Presenta

En esa época el sello Intolerancia nos mandó tu primer EP, Sentirnos bien, cuya portada me llamó la atención, por la reapropiación que hiciste de la portada de You can dance, de Madonna

Sí, fue más o menos en 2013 o 2014 la primera vez que vine a México; es chévere lo que mencionas, porque luego se da uno cuenta de todas las personas que ya desde entonces estaban pendientes. Sobre la portada, no sé decirte por qué lo hice, creo que no tenía mucha idea de esa portada y que se me hizo divertido usar ese chal y dejar ese espacio para que no saliera mi cara. Y así como eso, hay muchas cosas que hago así, instintivamente y después tengo que buscarles una explicación…

Como a la razón por la que te pusiste el alias de Elsa y Elmar…

Sí, porque en ese momento yo no le quería poner mi nombre a mi proyecto musical, por eso pensé en un nombre que sonara a algo más grande que yo, ahora ya me hace más sentido llamarme así, pero es un hecho que al principio tampoco sabía como explicar eso.

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Antes de despedirnos, le pedimos que mencione las primeras tres palabras que le vengan a la mente para definir este nuevo álbum, a lo que responde:

“Este disco es muy libre… Y es contundente. También tiene muchas cosas de sentimientos, de cosas muy universales, así que diría que: Libre, contundente y universal”.

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