Luchador por los derechos civiles y un hombre revolucionario en entretener y provocar, así como amante incansable, es como se definió a Hugh Hefner, el creador de la revista Playboy que desde hace más de seis décadas cambió el entretenimiento para adultos. A lo largo de los años bellezas de todo el mundo, incluidas algunas mexicanas, fueron la portada de su publicación, una de las más vendidas en el mundo.
Eran los años cincuenta y una sociedad americana que se recuperaba de las restricciones de la Segunda Guerra Mundial y solo quería divertirse, el erotismo empezaba a revelarse entre la juventud y para algunos era una mina de oro comercial.
Un joven de 27 años, nacido en Chicago, casado, con dos hijos y dedicado a la publicidad, empezó a trabajar en su propia casa e inspirado por revistas como Esquire y The New York que rompían con lo conservador de la sociedad, buscó abrir su propia publicación y con 8 mil dólares en el bolsillo, emepezó su aventura editorial llamada Playboy.
Sin competencia alguna, pues los puestos de periódicos exhibían publicaciones enfocadas a la cacería, los autos y el entretenimiento en general, Playboy se convirtió en la primera revista especializada en mostrar la belleza femenina, artículos de ficción, caricaturas y artículos sobre sociedad, su primer número salió al mercado en diciembre de 1953 con Marilyn Monroe en su portada y en el interior unas imágenes muy explícitas de la belleza de Hollywood que Hefner había comprado por 500 dólares a una agencia de publicidad que tenía los derechos, ya que había retratado a Monroe para un calendario que nunca fue lanzado, mucho antes de que ésta fuera famosa, de ese primer número se vendieron casi 54 mil copias.
Consciente de que las críticas podrían acabar con su sueño, apostó a que los hombres de la época aceptarían su producto y grande fue sorpresa al enterarse que ese número se vendió en su totalidad, así que le siguieron mes tras mes las fotografías de mujeres con poca o prácticamente nada de ropa. El éxito lo llevó a la televisión con el programa Playboy Penthouse.
Con el pasar de los años, los artículos fueron mejorando y se encaminaron al contenido sexual que atrapó a los hombres y borró la imagen de la mujer dentro de la cocina para llevarla al plano erótico.
Pero con un estado conservador, enfrentó problemas de permisos para su mayor distribución, esto no frenó a su creador, quien llegó hasta los tribunales para conseguir un permiso.
Enfrentó a críticos de radio, televisión y prensa que lo tacharon de vender sólo sexo y provocar escándalos y a pesar de las imitaciones que se publicarían en el futuro, logró mantener su puesto en el número uno en cuanto al gusto de los consumidores.