Fanáticos de Aretha Franklin hacen largas filas este martes para homenajear a la legendaria cantante estadounidense, que es velada con su ataúd abierto en Detroit, Estados Unidos en el inicio de un homenaje que se extenderá por cuatro días.
Amada por millones de personas alrededor del mundo, la "Reina del soul" murió el 16 de agosto, dando por concluida una extraordinaria carrera de seis décadas que la convirtió en una de las artistas más célebres de Estados Unidos, igualmente admirada por su trabajo en favor de los derechos civiles.
Este martes, un cortejo de hombres con guantes blancos trasladó su cofre de oro al Museo de Historia Afroamericana Charles H. Wright, donde fanáticos acamparon toda la noche para dar el último adiós a Franklin, según medios locales.
Se espera que miles de personas desfilen ante la fallecida cantante entre las 09H00 y las 21H00 horas de este martes y miércoles, a lo que seguirá un homenaje en la Iglesia Bautista New Bethel de su padre el jueves.
Aretha Franklin es considerada parte de la realeza en su ciudad natal de Detroit, en Michigan. Hacia allí viajaron fanáticos de todas partes, que esperaban su turno afuera del museo bajo un sol ardiente, algunos luciendo remeras de Aretha.
"Es la reina. Es un ícono, una leyenda. Es un honor poder estar aquí para rendirle un homenaje", dijo un ciudadano de Detroit al canal 4 News.
"Su música cambió la vida de muchos y me honra estar aquí", dijo otro que viajó desde Toledo, Ohio. "Llegó a tanta gente; es una bendición", dijo a la misma cadena.
Rosa Parks, figura de los derechos civiles, fue llevada tras su muerte en 2005 al mismo museo de Detroit donde descansará Franklin.
El jueves por la noche se realizará un concierto gratuito para recordar a Franklin, antes de su funeral en el Greater Grace Temple el viernes, donde se esperan actuaciones de estrellas de la talla de Stevie Wonder y Jennifer Hudson.
Además se prevé que figuras como el expresidente estadounidense Bill Clinton, Smokey Robinson y Jesse Jackson, líder de derechos civiles, asistan al servicio.
La cantante de gospel, soul y R&B de 76 años ha influenciado generaciones de cantantes con inolvidables éxitos como "Respect" (1967), "Natural Woman" (1968) y "I Say a Little Prayer" (1968).
Murió rodeada de familiares y seres queridos, tras una lucha contra el cáncer.