El popular cantante francés Johnny Hallyday fue enterrado el lunes en la intimidad en el cementerio de Lorient en la isla caribeña de Saint-Barthélémy, donde tenía una residencia, constató una periodista de la AFP.
El cortejo funerario con los restos de Johnny Hallyday llegó en la tarde al cementerio, en presencia de allegados y decenas de motociclistas, que abandonaron el sitio una hora más tarde, luego de que los asistentes lanzaran flores al féretro.
Los restos de Johnny Hallyday, fallecido en la madrugada del 6 de diciembre a los 74 años por un cáncer de pulmón, partieron hacia San Bartolomé en un Boeing 757 con 62 pasajeros a bordo, incluyendo a su esposa Laeticia, familiares y amigos y llegaron el domingo a la isla.
El cantante, cuya muerte causó conmoción en Francia, donde era venerado como una leyenda de la música, pidió ser enterrado en la isla, donde tenía una de sus residencias, para la decepción de muchos admiradores franceses que hubieran querido un lugar de peregrinación más accesible.
El sábado pasado el coche fúnebre del cantante recorrió la avenida de los Campos Elíseos, rodeado de centenares de motoristas y fue aclamado por una marea de fans llegados de todos los rincones de Francia.
Después, fue homenajeado en una ceremonia religiosa en la majestuosa iglesia de la Madeleine, con la presencia de numerosas personalidades francesas, como los expresidentes Nicolas Sarkozy y François Hollande y los actores Jean Reno y Marion Cotillard.
Mucho más que un cantante
El cantante vendió más de cien millones de ejemplares de sus 50 discos y un buen puñado de sus canciones forman parte de la cultura popular, pero su éxito nunca franqueó la frontera del idioma, puesto que apenas era conocido más allá del mundo francófono.
En la isla cientos de admiradores, algunos de los cuales viajaron desde Francia, realizaron una vigilia vestidos de blanco para esperar la llegada del ataúd blanco donde reposa el cantante.
Uno a uno sus admiradores se congregaron detrás de las barreras de seguridad, en torno a las ofrendas florales, que iban desde las tradicionales coronas a arreglos con forma de guitarra eléctrica o de corazón.
"Yo lo veía seguido en mi tienda, era mi cielo", contó a la AFP una admiradora vestida con una camiseta con un retrato de Hallyday. "Ver su ataúd me dolió mucho", dijo en lágrimas la mujer.
Jean Pierre y Chantal, ambos vestidos con camisetas que recordaban al cantante, viajaron más de ocho horas en avión desde París para estar en el homenaje en la isla tropical.
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