Honorina Arroyo y Salvador Salinas integran una familia con seis hijos que en Santa Clara Ozumba, municipio de Atlangatepec, viven de la producción de maíz y nopal.
Hasta el año pasado, la pareja tenía una vida normal; mientras sus hijos seguían estudiando, don Salvador se enlistó en el Programa de Trabajadores Migratorios a Canadá.
Así, tras cumplir 17 contratos en actividades agrícolas, (ocho meses en el extranjero y cuatro meses en Tlaxcala), logró que cuatro de sus hijos concluyeran una carrera profesional.
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Mientras tanto, doña Honorina –un tanto limitada en la comunidad- se encargaba de elaborar los alimentos de sus hijos y atender las aves de traspatio y sus cachorros.
Sin embargo, en febrero de este año, la vida de Honorina, a sus 56 años de edad, dio un giro de 360 grados cuando uno de sus hijos la inscribió al casting de la tercera temporada de Master Chef México que transmite Tv Azteca.
-Usted ya es famosa, ¿qué le dice a las mujeres tlaxcaltecas?
-“Que todo se puede en la vida, que alternen las actividades del hogar con lo que hagan, los tlaxcaltecas tenemos mucho talento”.
-¿Qué la lleva a participar en Master Chef?
-“Como ya había sacado a mis hijos adelante, quise participar llevando la gastronomía tlaxcalteca, pues tenemos una variedad de platillos.
-Aquí en Atlangatepec hay pobreza, ¿cómo hacerle para que todos los niños accedan a programas de alimentación?
-“Esa es una tarea del Gobierno, yo estoy en un programa de televisión en el que promovemos la ecología y la buena alimentación para que todos los niños la tengan”.
-¿Cambió su vida al ingresar a Mater Chef México?
-“Desde luego, me ha cambiado mucho, la gente es muy generosa, tiene mucha calidez, estoy contenta, invitando a las familias de Tlaxcala para que me vean en el programa”.