Natalia Beristáin confiesa sin temor que el confinamiento por el coronavirus ha limitado su trabajo creativo. “Mi cabeza ha estado como en una especie de estado de shock, realmente me ha costado mucho trabajo concentrarme en un guion que tengo próximo a filmar, quería pulirlo, trabajarlo y buscar referencias, pero me ha sido difícil conectarme”.
En medio de la pandemia, a la directora de cintas como Los adioses y No quiero dormir sola le llegó la propuesta de trabajar en Hecho en casa, una antología de cortometrajes realizado por directores de todo el mundo como Paolo Sorrentino, Kristen Stewart, Ladj Ly y Maggie Gyllenhaal, entre otros.
El proyecto que incluye 17 cortometrajes, lo encabezan Juan de Dios y Pablo Larraín, se estrena hoy por Netflix.
“Esto me permitió desde una manera casera y artesanal, reconectar con mi quehacer, y en mi caso hacerlo de la mano de mi hija”, explica la cineasta, cuyo cortometraje Espacios muestra a su pequeña hija Jacinta Terrazas Beristáin buscando diferentes formas de mantenerse entretenida y descubriendo cosas.
La directora de las series El Secreto de Selena y Luis Miguel filmó este trabajo en su casa durante cuatro días y únicamente con su teléfono celular. Y de vez en cuando recibía consejos de su pequeña protagonista: “me decía ‘¿por qué no pones la cámara acá? Está más chido, má’ y era como de ‘no, no me digas dónde poner la cámara’”, dice entre risas las cineasta.
Este trabajo surge como una reflexión sobre cómo Jacinta percibe el confinamiento a su corta edad, “porque por más que lo platiquemos y demás siento que a todos y a todas esto es algo que nos va a llevar un rato procesar”.
“Siento una responsabilidad gigante por asegurarme que dentro de mis posibilidades cuando ella mire pa’ trás, esto sea algo que recuerde más como un momento luminoso que como uno sombrío. Me parece que esto es algo que nos toca a los adultos, responsabilizarnos de ello para hacer que sea lo más suave para los chicos y chicas”, explica en una videollamada.
A partir de ver y escuchar las reflexiones de su hija, Natalia Beristáin descubrió una nueva forma de ver el encierro donde existe la posibilidad de replantearnos como sociedad después de esta situación. “Porque hoy nos están explotando en la cara cosas que ya sabíamos y que hoy son más claras como la inequidad social, económica, las violencias de género que se viven al interior de las familias. Y se nos abre una posibilidad, o así lo quiero entender, de retomar el rumbo para otro lado”.
La directora toma como ejemplo la unión que la comunidad cinematográfica en México ha tenido a partir de la pandemia, donde “ha habido varios avatares contra los fondos cinematográficos” y que han sido defendidos por el mismo gremio, como fue el caso de la propuesta de los diputados de Morena por desaparecer el Fidecine y que en dos días fue echada para atrás ante la respuesta de la comunidad.
“Esta vez siento que hay una comunión en lo general con los gremios cinematográficos diciendo ‘no lo podemos permitir, esto es la manutención y forma de vida de muchísimos de nosotros, además de lo que nos atraviesa socialmente como con los derechos culturales’. Y siento que eso es un ejemplo que veo replicarse con otras industrias o grupos de trabajo que se están juntando por lo menos a hablar y eso ya es un ejercicio al que no estamos acostumbrados”, dice.
Beristáin dice que la comunidad de cine en México atraviesa ahora por “un momento nuevo”, donde el gremio se está vinculado más allá de los intereses personales por crear una buena industria.
“Sí creo que es un momento donde estamos reaccionando de manera distinta, no nada más con los intereses de que una película vale por encima de todas las cosas, no, ‘yo entiendo que de mi película se generan entre 80 y 100 puestos de trabajo y eso me importa’”, concluye.