MADRID. Paul Giamatti, uno de los ilustres actores secundarios de Hollywood, disfruta del protagonismo que le ofrece Billions, una serie que, según dijo invita al espectador a preguntarse por qué, en ocasiones, se admira más a los forajidos que a quienes tratan de imponer la ley.
"No creo que los creadores de la serie hayan intentado dar lecciones. Solo muestran la realidad de la sociedad estadounidense y dejan que sea el propio espectador sea quien saque sus propias conclusiones. Eso sí, se cuestionan por qué la gente admira a gente como los protagonistas. ¿Por qué quieren que triunfen cuando algunos de ellos son criminales? Hacen que examines tu conciencia", apuntó el actor.
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Billions, que acaba de ser renovada para una quinta temporada, es un drama estrenado en 2016 que discurre en el mundo de las finanzas de alto nivel y examina las recompensas y los peligros de perseguir el sueño americano. En ese contexto, dos de los titanes más poderosos de Nueva York están atrapados en una batalla épica impulsados por su enorme ego.
Chuck Rhoades (Giamatti) es un poderoso abogado de gran autoridad que es visto como el adalid de la justicia financiera, mientras que el especialista en fondos de inversión Bobby Axelrod (Damian Lewis) construye todo un imperio a base de información interna y tratos sucios.
"La serie propone una fantasía interesante porque este tipo de personas se ven así también, viviendo en una fantasía. Se ven a sí mismos como fanfarrones y apostantes con mucha personalidad y los demás los vemos como algo genial. La gente ama a los forajidos como Jesse James y no a los sheriffs", agregó.
Giamatti ha criticado también el hecho de que hoy en día sean grandes multimillonarios quienes se reparten el poder en EU y consideró que hay "una falta de deseo político" para regular el mercado financiero.
"Hay un movimiento para proteger a estas sospechosas figuras mucho más poderoso que para acabar con ellos", considera el intérprete.
"Al final -añadió-, todos se mueven dentro del capitalismo y tratan de ganar todo el dinero que pueden".
La evolución de su personaje es uno de los grandes atractivos de la serie ya que Rhoades pasa de ser una figura implacable, al estilo del exfiscal de Nueva York Preet Bharara -que llevó a la cárcel a banqueros y destacados políticos por casos de corrupción-, a verse tentado por el poder, la ambición y el enriquecimiento personal.
"Se ha olvidado de su moralidad, pero en realidad -sostuvo- todos estos personajes se mueven en esa polaridad entre el bien y el mal. Para cambiar realmente, tendrían que nacer de nuevo y ser buenos cristianos".
Además, tras admitir que no sabe nada sobre los derroteros que tomará la quinta temporada, confesó que "nunca" sabe qué va a pasar "y ese es uno de los grandes placeres de hacer esta serie".
Giamatti, ganador del Emmy y el Globo de Oro por su papel en la miniserie John Adams (2008), admitió que no pasa muchas horas viendo la televisión, pero encuentra que el medio ha cambiado "de forma extraordinaria" en los últimos años.
"La calidad de los dramas está ahí, algo ha cambiado y parece que ese tipo de narración engancha realmente a la gente", comentó el inolvidable protagonista de Sideways, de Alexander Payne, que recuerda aquel rodaje como "un placer enorme" porque "no había nada de presión, porque nadie esperaba que fuera a ser tal éxito".
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Ahora tiene pendiente el estreno de Jungle cruise, dirigida por el español Jaume Collet-Serra y protagonizada por su socio Dwayne The Rock Johnson, con quien ya coincidió en San Andrés.
"Es una locura de película. Jaume ha tenido por delante un reto enorme, pero tiene un gran sentido visual. Es un proyecto gigante y todavía tiene un año por delante para juntar todas las piezas", señaló.