“Es a través de los fracasos del gran genio del Renacimiento italiano, Leonardo Da Vinci, que nos podemos identificar verdaderamente con él como ser humano. Cuando miramos sus diseños de máquinas de volar, lo que sentimos es sólo admiración; pero cuando vemos que era un hombre con todas las necesidades de los seres humanos comunes y silvestres podemos sentir más claro ese parentesco”, afirma en entrevista con El Sol de México, el actor mexicano Rodrigo Murray, quien está por estrenar la puesta en escena Leonardo.

Se trata de un monólogo escrito, dirigido y actuadob en el que el histrión pone en diálogo los fracasos y reflexiones del autor del famoso retrato La Mona Lisa, con las cuitas de Rodrigo, un actor “derrotado” de nuestro tiempo, el cual, igual que el polímata florentino, se encuentra en la “búsqueda de la inmortalidad”.

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“Creo que el fracaso es el único camino para llegar al éxito, el eslabón de esa cadena que estamos tirando todo el tiempo para poder llegar a lo que cada uno de nosotros entendemos como éxito. Actualmente, en nuestra sociedad, el fracaso es entendido como una derrota, pero yo creo que no debe ser así; más bien debería ser aquello que azuce al avispero, que nos aliente a seguir avanzando”, declara el también conductor de televisión.

Murray es admirador desde niño de la “astucia de Leonardo Da Vinci”, por influencia de su propio padre, quien le enseño que se trataba de “un personaje que siempre intentó cosas arriesgadas, que no se quedaba en el límite de lo mundano y traspasó las posibilidades de la misma humanidad”.

TIEMPOS PARECIDOS

El histrión cuenta que para la realización de este monólogo, que comenzó a escribir hace 15 años, realizó una investigación en libros especializados de historia, biografías y anecdotarios del pintor, además de haber tenido la oportunidad de viajar a Italia para conocer de primera mano los lugares donde éste vivió.

Dicha investigación se mira reflejada en esta obra que provoca a la audiencia a viajar en el tiempo de una escena a otra, dando atisbos del mundo renacentista de finales del siglo XV y principios del XVI, con nuestro propio contexto contemporáneo.

“Leonardo trabajó para los linajes nobles de los Medici, los Sforza y los Borgia, en tres tiempos distintos. Todo ello sucedió bajo el marco de una Italia de reinos ―como el de Florencia, Milán o Roma― en la que no había una unificación, y eran constantemente invadidos por los franceses. Era una época muy convulsa, llena de muertos y sangre; tiempos de crisis que, de una manera hicieron que estos hombres evolucionaran hacia una cuestión artística persiguiendo sus sueños, en realidad tiempos muy similares a los nuestros”, agrega Murray.

ESCULTURA TRANSFORMABLE

Como parte de los atractivos de esta obra ―que cuenta con la composición musical de Luis Ernesto Martínez Novelo LU, bajista de La Gusana Ciega― es que en el escenario Rodrigo Murray interactúa con la pieza escultórica transformableLeonardo 4, del escultor mexicano Sebastian, autor de la icónica escultura de El caballito, instalada en Paseo de la Reforma.

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Es una pieza que ya había sido realizada previamente en los sesenta, pero que ha sido adaptada para dimensiones teatrales.

“Es un cubo que se transforma en muchos espacios. La pieza se llama así porque nos muestra más que las tres dimensiones que todos conocemos, permitiendo ver una cuarta dimensión al mostrar las paredes internas del cubo. Al transformarse cambia todo el espacio escénico, que es en palabras del autor ‘la trasformación del espacio topológico’”, explica Murray, quien interpreta que en una de esas transformaciones se encuentra el famoso Hombre de Vitruvio, de Da Vinci.

El monólogo se estrena el 24 de junio en el Centro Cultural Helénico.

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