MIAMI.- El poderoso productor cinematográfico, Harvey Weinstein, habría ingresado en un centro estadounidense de rehabilitación que trata a hombres adictos al sexo, pero muchos expertos afirman que estas terapias no suelen ser de gran ayuda.
El actor cómico Russell Brand, el golfista Tiger Woods, Ozzy Osbourne y el actor Michael Douglas se cuentan entre las celebridades que han admitido luchar contra la adicción al sexo, siempre luego de que sus aventuras se hicieran públicas.
Aunque los psicólogos suelen evitar hacer diagnósticos sin tratar directamente a los pacientes, algunos afirman que Weinstein, acusado de agresiones sexuales contra varias actrices a lo largo de muchos años, encaja en el perfil de un depredador sexual, no en el de un adicto.
"Yo creo que tú puedes controlar tus impulsos. Él simplemente decidió no hacerlo", dijo Holly Richmond, una certificada terapeuta sexual de Los Ángeles.
Los terapeutas se dividen entre quienes creen que la adicción sexual existe y quienes afirman que no.
El texto psiquiátrico de referencia en este asunto, conocido como el Manual de diagnóstico y estadística de desórdenes mentales, en su quinta edición de 2013, no habla de la adicción sexual. Sus autores decidieron que ésta no encaja en la definición de un desorden psicológico.
Según Richmond, ni siquiera existe tal cosa como un adicto sexual. "Debemos hablar más bien de alguien que tiene una sexualidad compulsiva, o una conducta sexual fuera de control", dijo. "Es un tema de conducta, el sexo no es el problema".
Terapia equina
El portal de celebridades TMZ informó que Weinstein ingresó en el centro The Meadows, en Arizona, donde se aplica el que se jacta de ser el mejor tratamiento para la adicción sexual: un programa de 45 días conocido como "El dulce camino", que fue ya transitado por Tiger Woods tras el escándalo que se desató por su infidelidad.
Incluye sesiones grupales, interacción con caballos (la "psicoterapia asistida con equinos"), yoga, arte, meditación y asistencia personalizada.
Varias celebridades han buscado ayuda por su adicción a las drogas o al alcohol en The Meadows, pero cuando se trata de la adicción sexual, programas ofrecidos por cientos de clínicas a lo largo y ancho de Estados Unidos con precios que oscilan entre 10.000 y 30.000 dólares, muchos expertos se muestran dudosos.
"No existe evidencia de que un tratamiento para la adicción sexual funcione", dice David Ley, psicólogo de Nuevo México y autor del libro "El mito de la adicción sexual". "Después de 40 años no existe un solo estudio que demuestre que el tratamiento para la adicción sexual tenga un efecto positivo o que ayude a que las personas cambien su conducta sexual", dijo a la AFP.
Según el experto, muchas veces la adicción sexual no es más que una excusa para evadir la responsabilidad personal: "La adicción sexual es un concepto que ha sido utilizado para explicar cómo hombres poderosos y egoístas muestran una conducta sexual irresponsable".
Un estudio realizado recientemente en Europa sobre personas que se encuentran bajo algún tipo de tratamiento para la adicción sexual demostró que "90% tiene algún tipo de problema mental", y que su conducta sexual no es más que un síntoma de algo mayor.
También parece haber un aspecto cultural, en un país que eligió a Donald Trump como presidente a pesar de que todos los votantes escucharon una grabación en la que se jactaba de agarrar a mujeres de forma inapropiada.
"Estos problemas ocurren en una sociedad que tolera, permite y hasta alienta a que los hombres poderosos hagan cosas de ese tipo sin ninguna consecuencia", indica David Ley.
¿Qué quieres compensar?
Para los terapeutas que tratan a pacientes con problemas sexuales, el caso de Weinstein presenta un problema más profundo. "Yo no puedo diagnosticarlo a distancia. Pero definitivamente tiene características de una conducta compulsiva que se expresa en el aspecto sexual", dijo Charlene Lewis, una certificada terapeuta sexual de Miami.
"Parte de la adicción es negar la misma. Creo que él no termina de aceptar el daño que le hizo a estas mujeres".
Cinco mujeres han acusado a este productor de 65 años de haberlas violado, y más de veinte, incluyendo a Mira Sorvino, Rosana Arquette, Gwyneth Paltrow, Angelina Jolie y Léa Seydoux, dijeron haber sido objeto de acoso sexual.
Charlene Lewis recuerda que cualquier paciente que de verdad quiera curarse debe reconocer el daño que ha infligido su conducta y estar dispuesto a ir a la raíz del problema, y además se pregunta: "Sobre todo en alguien con tanto poder y tanto prestigio ¿Qué está pasando en realidad en su interior?".
Dice que una terapia exitosa contra la adicción sexual puede tomar de uno a cinco años: "En ningún caso se trata de algo inmediato".
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