Para los Rodolfos Anzaldo, padre e hijo, la salsa es primero. Ambos cultivan el género desde que papá se apasionó por la música del Grupo Niche y su creador, Jairo Varela. Desde entonces, rinden tributo al popular conjunto musical colombiano, a través de su propia agrupación, Cielo de tambores. Todo diciembre se la pasaron con agenda llena y ahora en este año transcurre trabajo no les falta. Tocaron recientemente en el vigésimo aniversario de conocida revista musical y también en el salón La maraka, donde obtuvieron un nuevo éxito. “Siempre me ha gustado la salsa, pero por prescripción médica decidí dedicarme a ella por completo. Soy contador. Cierto día el médico me recomendó realizar una actividad paralela a mi profesión para distraerme y… me quedé aquí, cantando; después mi hijo se integró al grupo”, relató Rodolfo papá en entrevista.
Con tres producciones discográficas en su haber, Cielo de tambores, un fabuloso grupo musical de la Ciudad de México integrado por quince elementos, sin embargo no sólo interpreta los éxitos de Niche, sino que además graba sus propias composiciones. Títulos de su autoría como Entrégate y Mi mayor anhelo, se combinan a la perfección con Gotas de lluvia y Una aventura, estos últimos dos populares hits de los colombianos.
En un principio, Don Rodolfo se rehusaba a que su hijo Rodolfo se uniera a Cielo de tambores, pero por una emergencia al enfermar uno de los cantantes, el joven “Rodo” tuvo que entrarle al quite. “Gracias a Dios heredó el talento y lo hace bien porque se ha preparado”, dice papá orgulloso. Ahora entre padre e hijo se reparten los aplausos arriba del escenario, pero también se dividen el trabajo de producción y la responsabilidad de la fase técnica, el vestuario, el calendario, los ensayos y la administración del grupo.
Uno de los temas que más agrada a los Anzaldo es La tercera edad, y eso porque, cuenta la anécdota Rodolfo padre, “me la dio a grabar personalmente el compositor Mario Quintero, el famoso autor de Nomás contigo”. Y agrega para finalizar que, dentro de sus actividades, Cielo de tambores realiza altruismo tocando a beneficio de hospitales y entidades caritativas con el propósito “de devolver un poco de lo que Dios nos ha dado”.