Un hermoso y a la vez lúgubre bosque, una cueva que guarda un gran secreto y una historia de desaparición infantil que se repite cada 33 años, desata el desarrollo de la serie alemana Dark, que expone la relación entre cuatro familias, su pasado, presente y futuro.
En apariencia es una historia sencilla pero que se torna compleja por los enigmas que ocultan sus personajes, así como por el formato oscuro y no lineal que plantearon los creadores Baran Bo odar y Jantje Friese y que ha logrado enganchar a miles de espectadores en todo el mundo que buscan resolver este rompecabezas.
A medida que la trama avanza la pregunta que todos intentan responder es: ¿Pueden los pobladores de Widen viajar en el tiempo y cómo lo logran?
“Para mí Dark es la mejor serie del año, quizá la mejor de las producciones originales de Netflix, pues es una historia enigmática, llena de secretos, en la que cada vez descubres más y más”, considera Isaac Ezban, cineasta mexicano que ha dirigido cintas como El incidente o Los parecidos, por la que ganó el premio de Mejor Película Iberoamericana en Sitges, festival de cine fantástico.
La afirmación viene del enigma de su historia. “Esto de las series adictivas creo que Dark lo lleva al extremo, porque cada capítulo estás picado por ver qué es lo que sigue”, dice el director, quien afirma que esta es una serie que “lleva el concepto del viaje en el tiempo a un nivel que vuela la cabeza, como lo hicieron películas como Volver al futuro o Interestelar”.
Entre el público los comentarios más plausibles están en la complejidad de la serie, en cada capítulo se van develando los secretos de las cuatro familias, pero también se presentan giros de tiempo que involucran otros personajes y hacen analizar cada episodio para seguir la trama.
“Esta serie cambia la narrativa y acerca a la gente a otro tipo de formato, porque el público estaba muy acostumbrado al estilo estadounidense de series con historias fáciles y conclusiones sencillas. Pero este es un formato que si bien no es nordic noir es completamente europeo, donde no se le explica tanto al televidente y que en este caso se complica por no ser lineal”, explica Alexandra Bretón, periodista especializada en televisión.
El que se ubique en Alemania influye también en que la historia “sea más mítica, más oscura porque el tono lo hace más gris con esta carga hasta depresiva”, dice Bretón. Y confirma Ezban, quien señala que la cultura propia del país alemán aporta a que la historia se nutra de “un pueblo lleno de misterio, pues es una interesante metáfora de la sociedad alemana que quizá guarda muchos secretos”.
Además del suspenso que implica, Dark resulta para los especialistas una serie que de forma indirecta “interactúa” con el espectador para involucrarlo a resolver los misterios. “Es como sucedía con Game of thrones, donde imprimías el árbol genealógico para ver quién era quién, tenías que hacerlo porque si no te perdías. Aquí sucede lo mismo, un juego de rol donde te involucras, donde tus sentidos están completamente enfocados en la serie”, dice Alexandra Bretón.
Los expertos coinciden en que una de las grandes aportaciones de Dark es la oportunidad de abrir el panorama del televidente para conocer producciones hechas en otros países, principalmente de Europa.
“El valor extra de Dark es que le abre los ojos al público de que no sólo Estados Unidos tiene producciones tan buenas, porque ven otro tipo de narrativa, otra forma de ver televisión y abre la puerta de hacer más cosas en otros lugares”, señala Bretón.
Pero también lo es para los realizadores de todo el mundo. “Como creadores de contenido es interesante ver que no todo viene de Estados Unidos. Resulta muy interesante que Alemania traiga una propuesta tan fresca y diferente que toma cosas que ha planteado Hollywood como el viaje en el tiempo, pero las tuerce y las enferma más. Eso hace pensar que hay futuro en este tipo de contenidos en otros idiomas”, agrega Ezban.
Tras el éxito de sus dos temporadas previas, Netflix ya aprobó la tercera entrega de Dark, con la que concluirá esta serie en 2020.