Azul Guaita, la actriz que interpreta a “Tita de la Garza” en la nueva adaptación de la novela “Como agua para chocolate” confiesa que no conocía la obra de Laura Esquivel. Para la coprotagonista de la serie, fue una puerta para transportarse a sus raíces por medio de una historia que refleja, desde la época de la revolución, la idiosincrasia de la sociedad mexicana, relacionándose en todo momento con la cocina.
“Me hizo conectar con la comida mexicana, porque el conocimiento que tenía era lo que me hacía mi mamá en casa, o sea no era toda la variedad que hay aquí. Poder descubrir todos esos sabores de México, los colores, las especias y tener ese acercamiento con la comida, me abrió los ojos”, dijo en entrevista con El Sol de México.
Desde otra posición personal, originaria de Oaxaca, Ángeles Cruz, quien interpreta a “Nacha”, confirma la conexión de la cocina dentro de la serie con el folclore mexicano. “Me hizo revivir primero mi infancia con los olores que impregnaron mi memoria y regresar a una historia que me había conmovido al leer la novela”, comentó.
En cuanto a la producción mencionó que “la atravesó” al tiempo que “Nacha” fue un personaje interpretó “a partir de mis sensaciones, de abrir mi cuerpo a cómo percibimos hacer la comida, a la alquimia a la hora de mezclar un ingrediente con otro”.
El amor que no pudo ser
En la trama, “Tita” vive un romance correspondido con “Pedro Muzquiz” (Andrés Baida), sin embargo, viviendo en una época en la que las mujeres no elegían su destino, no puede consumar la relación en un matrimonio.
Su mamá, “Mamá Elena” (Irene Azuela), determina que sea su hermana “Rosaura” (Ana Valeria Becerril) quien se case con él, pues la menor de las hijas está destinada a acompañar y cuidar a su madre. Resignado a que sólo así podrá estar cerca de ella, “Pedro acepta”, creando el conflicto de la historia.
Para la actriz, en ese ámbito, “Como agua para chocolate” pone en relieve el pasar de los años y en cómo el papel de la mujer en la sociedad, sus emociones y derechos se han validado.
“Es algo que a veces se nos olvida, todo lo que tuvimos que pasar como mujeres para llegar hasta este momento, que nuestras abuelas pasaron por cumplir normas impuestas, tener que seguir el rol que era estar sólo en la cocina”.
“Es un gran camino recorrido, pero seguimos luchando para que se nos escuche y podamos mostrar todo el poder que tenemos dentro, el amor, pasión, y hacer las cosas que queremos”, añadió.
“Mostramos la cara de las que se quedan atrás, de las que no les tocó ese amor correspondido o permitido. Muchas mujeres vivieron eso”, dijo por su parte Ana Valeria Becerril.
Historia con villanas atípicas
En “Como agua para chocolate”, tanto Becerril, como Irene Azuela, asumen su papel de villanas desde un lugar atípico. “Una villana va a serlo en tanto que no permita que el amor triunfe. Como espectadores vamos a querer que el amor llegue a buen puerto, por eso somos villanas”, explicó Irene Azuela. “Pero somos unas que tienen sus motivos”.
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“Era algo que conversábamos, con los directores (Ana Lorena Perezrios y Julián de Tavira) de cómo alejarse de la imagen tipificada de la hermana y mamá mala y darles los matices de esas mujeres que son consecuentes con lo que está sucediendo en su contexto, y que también no conocían otra posibilidad. La historia llega a ser más compasiva con estas dos mujeres”, señaló Ana Valeria.
“Como agua para chocolate” llegará al catálogo de MAX este domingo 3 de noviembre.