Han pasado 13 años desde que la compañía de Mejor Teatro realizó la primera función en México de la obra de teatro Toc Toc, del cineasta y dramaturgo francés Laurent Baffie. Se mantuvo en cartelera con varios cambios en su reparto y ahora abre su tercera temporada con su representación número mil 900.
El reestreno estuvo a cargo de los actores Alicia Paola, Cecilia Arias, Dariana Romo, Omar Medina, Pedro Prieto, Polo Morín y Sandra Quiroz. Todos ellos dieron vida a los personajes de esta historia que relata la loca espera que seis pacientes con diferentes padecimientos de Trastorno Obsesivo Compulsivo hacen para poder tener una cita con el Dr. Cooper, cuyo método promete la sanación con tan sólo una única sesión.
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Lamentablemente, éste ha perdido su avión, por lo que los pacientes comenzarán a tratar sus padecimientos entre ellos mismos, a manera de una terapia grupal.
Con un humor sencillo, pero eficaz, que recurre constantemente al accidente y a bromas con connotaciones sexuales como fórmulas, esta obra logra tener un gran ritmo, de interesante armonía escénica entre diálogo y acción. Así, como una gran orquesta del absurdo, alcanza a representar una parte del amplio espectro del TOC, mismo que el público puede identificar, en mayor o menor grado, ―cada quien sus obsesiones― en su propio comportamiento.
Sobre la adaptación al español, la obra se gana muy bien las palmas y las risas, pues entre las locuras de sus personajes, los diálogos de la obra se adaptan bien a la idiosincrasia y vida cotidiana del mexicano, específicamente del chilango, quien percibe los lugares a los que refieren, los momentos comunes a todo capitalino, así como hechos coyunturales de la vida del espectáculo, las redes sociales y de la política del país.
Es curioso como con esta puesta en escena se cumple el famoso dicho de “entre broma y broma, la verdad se asoma”. Más que ser sólo una comedia y sin llegar en absoluto a ser moralina ―ya que, al contrario, hablamos de un guion que juega arriesgadamente con la vulgaridad―, en el fondo la obra da pistas y señuelos del legitimo derecho que tienen las personas con TOC, no sólo a ser atendidos, sino a ser aceptados como iguales dentro de nuestras comunidades.
Este reestreno tuvo como padrinos a los actores Kika Édgar y al director Diego del Río, con quienes el elenco y equipo de producción develaron la placa conmemorativa. “Mil 900 representaciones representan mucho sacrificio, mucho dinero, mucha constancia y solidaridad con todos nosotros.
Son momentos que llevamos a nuestras casas, que son difíciles, pero también muy bonitos, porque siempre hacemos familia. Hoy como siempre que he visto Toc Toc, fue un deleite y un gozo extraordinario verlos hacer magia”, expreso la actriz Kika Édgar.
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“Como siempre, cuando uno estrena una obra no se imagina el éxito que va a tener. Nosotros los que estamos en el teatro soñamos con al menos llegar a las 100 representaciones. Y ahora llegamos a este número mágico. Y, bueno, a lo largo de estos años hemos tenido muchísimas experiencias con esta obra maravillosa que nos ha llevado a recorrer el mundo entero”, dijo durante la ceremonia de develación, Morris Gilbert, director de Mejor Teatro.