Juan Ignacio Aranda seguirá interpretando a Alfredo en la comedia Toc Toc, al terminar la contingencia de salud por Covid-19. Con 35 años de trayectoria, reconoce que nunca deja de aprender y más cuando se trata de pandemias letales.
“La enseñanza que deja, más que el encierro, es que tienes que aprender a modificar tu vida, no puedes seguir haciendo lo mismo. Es una de las primeras cosas que el Covid-19 viene a cambiar, como el hecho de seguir manteniéndonos sanos para no ser presa de dicha enfermedad que ataca a los pulmones”, conminó.
El hijo del primer actor Ignacio López Tarso, advierte que el estar enclaustrado en su domicilio, le ha causado varias pérdidas laborales como económicas.
“Me ha afectado mucho como todos del gremio artístico, como a todo el país, a toda la sociedad y todo el mundo. Dí mi última función el domingo 15 de marzo y no sabemos hasta cuándo se reanuden las actividades públicas, sociales y de entretenimiento que incluye el teatro, espero que pase y sea a mediados de mayo, que vamos a empezar a salir de esto. La fase 3 ya la estamos sintiendo, que es quedarnos en casa. Y todavía van a suceder mínimo 15 días posteriores para que la economía se reactive que será a finales de mayo”.
Añadió más pérdidas laborales: “se pospusieron dos películas en las que va mi padre. Ambas están en preproducción y se pospusieron hasta nuevo aviso”.
Aranda agregó que, “Bellas Artes me invitó el próximo 25 de mayo a la lectura de Leo... Y luego existo, la historia es El jinete sin cabeza de Washington Irving, que por supuesto se pospuso”.
Este sería el décimo tercer aniversario de la representación de la obra Réquiem para Jesucristo Crucificado en San Luis Potosí, donde se presentaría del cinco al nueve de abril, la cual se canceló.
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El cierre de la actividad cultural, dice, “me sorprendió, me dio una gran tristeza por estos lugares cerrados en México. Yo anduve en Inglaterra y Madrid del 23 al 29 de febrero. Cuando llegue a la Ciudad de México, venía preocupado porque ya había casos de coronavirus. Fui a Gran Bretaña por mi hija Sofía que trabaja en el Cirque Du Soleil con el espectáculo Luzia. A ella le dio tiempo con su novio salir de Europa y ya está en Montreal en donde acaba de irse la temporada de nevada”.
Tan seguro como consciente de la epidemia, sin tapujos reconoce: “Tengo miedo, no por mí, sino por mi padre de 95 años y mi hermana que tiene EPOC. A ambos hay que cuidarlos mucho. Estamos tomando todas las medidas que se puedan con la sanitización, ya que entra y sale mucha gente en la casa. Son cuatro personas de servicio doméstico, limpieza, mantenimiento, más jardín; hasta ahora todos en casa bien”.
Respecto al ánimo de su padre, comparte que tiene buena salud, aunque "está un poco deprimido y triste, ya quiere trabajar. Quiere verse en nuestra obra Una vida en el teatro y también actuar en las películas. Entonces estamos esperando que todo termine, para reiniciar. Hay que tener paciencia, tranquilidad y tolerancia, porque esto nos va a tomar tiempo, por lo menos a finales de mayo”.
Lo que sí tiene y comparte Juan Ignacio Aranda, es esperanza. “En lo personal, cuando sepa que concluye la epidemia que va por buen camino, retomaré libretos, guiones, a retomar personajes y prepararme. Actualmente, estoy descansando de mi trabajo actoral, sin intervenir en las redes sociales”.