Corría el año de 1999 cuando Dani Martín ingresaba en la escena musical de la mano del grupo El Canto del Loco. Durante diez años conquistaron al público, vendiendo más de un millón de álbumes a nivel mundial. En 2010, el español emprendió su camino como solista, y desde entonces ha expresado su arte “como le da la gana”, y hoy se considera un alma libre dentro de la industria.
“Te vas cargando con etiquetas que tú mismo te impones. De repente dices también sé hacer esto otro, y solamente me atrevo a hacer una cosa. Hay un montón de experimentos que puedo y soy capaz de hacer, me gusta jugar en el estudio, pero a veces digo no puedo hacer un bolero o una cumbia, porque a mí me gustan el rock, y las guitarras en los estribillos”, comparte en entrevista con El Sol de México.
▶️ Mantente informado en nuestro canal de Google Noticias
“Eso lo único que nos hace es perdernos un montón de cosas maravillosas, y dejar de disfrutar y emocionarnos con aquello que también que tiene nuestra esencia, pero parte de otro lugar. Para mí, esto parte del permiso del artista o autor para juntarse con más gente, y escribir hacia otro lado”, expresó.
El músico no se ha dejado llevar por las casillas que la industria impone, y lo demuestra en su más reciente disco, Lo que me da la gana en el que, según él mismo afirma, incluyó canciones míticas de su repertorio que no se parecen a nada que haya hecho, con invitados como Alejandro Sanz.
Tener esta libertad lo llena de orgullo, porque considera que ha cumplido con la premisa de mantenerse fiel a sus gustos y hacer canciones derivadas de su pasión por la música. En su opinión, no existe un momento determinado en la carrera de un compositor para romper moldes y experimentar con lo que desea, ya que esa apertura debe existir desde el momento en que escogen ese camino profesional.
“Los cantantes deben hacer lo que quieran desde el primer disco, desde su primer momento en la escena. Creo que cuando un artista deja de ser él mismo, y empieza a hacer lo que otros quieren, ya acabó su carrera”, señaló.
Además, pidió a sus colegas no sumarse a lo que está de moda para garantizar buenos números con su trabajo, ya que el público es más sensible de lo que se cree, y es capaz de responder positivamente a un proyecto donde ve plasmados los sentimientos de su autor.
“La mejor música es aquella que tiene verdad y está hecha con el corazón. La gente es muy inteligente, y cuando algo está de hecho de esta manera, que salió de tus tripas, y representa tu dedicación y esfuerzo, lo acepta. Eso genera que vayan a verte, que las canciones suenen y se compartan en las playlist. Ser auténtico es la mejor campaña de marketing”.
Al cuestionarlo sobre el futuro se torna pensativo, y después de unos segundos comparte una reflexión sobre las lecciones que este año tan complicado le ha dejado, sobre la fragilidad de los planes que hacen las personas, sin saber que en un segundo se pueden ver afectados por sucesos que no están bajo nuestro control.
“Creo que no hay que hacer planes, simplemente hay que vivir el día a día. Yo seguiré haciendo canciones, y logrando que la gente se emocione con mi música. Los creadores debemos ser generosos y pacientes, e inventarnos cosas bonitas que le puedan alegrar el corazón a nuestro público. Eso es a lo que me dedico, así que ojalá lo consiga de aquí a final de año, y el que viene también”.