Dos días antes de que Vicente Fernández sufriera la caída que lo tiene hospitalizado desde agosto, Olga Wornat entregó el último capítulo de su libro. Al enterarse de la noticia, supo que la edición debía detenerse. Tenía que escribir un eplílogo.
Publicado el 1 de diciembre, El último rey. Biografía no autorizada de Vicente Fernández (Planeta, 2021), inspirado por su madre Dionisia Fernández, quien escuchaba con devoción las canciones rancheras, en particular las del Charro de Huentitán, recorre la vida de quien se retiró de los escenarios en 2016 con un concierto ante más de 80 mil personas en el Estadio Azteca. En memoria de su madre, fallecida en 2012, decidió contar "la historia que a ella le hubiera gustado leer", dice la periodista argentina en entrevista con El Sol de México.
Lee aquí el adelanto del libro El último rey, biografía no autorizada de Vicente Fernández
Para la autora de Felipe, el oscuro (el libro sobre el sexenio de Felipe Calderón por el cual cuenta que recibió amenazas de muerte que la obligaron a salir de México), Chente es el último rey, "porque es parte de aquellos famosos cuatro jinetes, o cuatro gallos, como les llamaban, antecesores suyos, a los que también les llamaban los reyes: Pedro Infante, Jorge Negrete, José Alfredo Jiménez y Javier Solís.
"Por otra parte, con él se va, teniendo en cuenta que tiene 81 años, que está grave internado en un hospital desde hace varios meses, una época que no va a volver, por sus estereotipos de hombres y mujeres, con su teatro, su vida social, su industria musical que cambió completamente hoy que existe Spotify. Y también creo que esa imagen del macho bravío que se lleva al mundo por delante y tiene a la mujer sumisa, es más difícil encontrar hoy".
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Gracias a su extensa carrera, Vicente Fernández estará grabado en la historia de México junto con sus antecesores, agrega Wornat y lamenta que no haya ninguna mujer entre los reyes, "se merecían estar ahí, una Lola Beltrán, Lucha Villa, Flor Silvestre, tantas mujeres que quedaron ocultas por ellos, pero que tenían voces impresionantes; en aquel momento, era muy difícil ser mujer y cantar rancheras en un teatro de noche".
El sino trágico de un ídolo
El artista, único hijo varón de una familia humilde, que recibió sus primeros salarios como pintor de brocha gorda y carpintero en Tijuana y que siendo muy joven volvió a Guadalajara, para trabajar sirviendo mesas y cantando por 35 pesos al día, tiene un sino trágico, reconoce Wornat.
"Cuando comencé a leer las entrevistas que él dio a lo largo de toda su carrera, hay una cosita que siempre decía: 'ustedes no se imaginan la vida que yo tuve y los momentos terribles por los que tuve que pasar'", recuerda la periodista y menciona pasajes que narra en el libro como una primera hija que se le murió en los brazos recién nacida, o el nacimiento prematuro de Vicente Jr., a quien tuvo que improvisarle una especie de incubadora dentro de una caja de zapatos.
"Los mejores amigos que se le mueren en el lapso de una semana, Federico Méndez y Felipe Arriaga, uno se suicida y al otro lo matan, la muerte de su padre que era alcohólico, que tenía arranques de violencia con la madre, el secuestro de su hijo, que de milagro salió bien, porque esa etapa fue el sexenio del secuestro en México, había un sin fin de bandas que secuestraban a todo mundo, alguien que estaba en el mercado o a un millonario y algunos no volvían.
"Sí, hay como un pequeño sino trágico en su vida, pero por otra parte, él mismo decía que alcanzó a tener un éxito que nunca imaginó, de puro perseverante, de puro golpear puertas, de terco".
En los años 60, el último rey de la música ranchera comenzó a trabajar la Ciudad de México en el restaurante El amanecer tapatío, donde cantaba hasta 60 canciones al día. Vicente Fernández, escribe Olga Wornat, "jamás renegó de sus orígenes, por el contrario, ostentaba su lucha".
Una conversación con Vicente Jr.
El libro inicia con los 121 días de terror que la familia del charro vivió por el secuestro de Vicente Fernández Jr. "Se convenció de que a su hijo lo secuestraron por dinero, ese maldito dinero que nunca le importó y que en ese momento despreciaba con rabia. 'Andamos de paso y el dinero es pasajero, afirmaba Vicente con frecuencia y no mentía", escribe en el capítulo que narra detalladamente el pasaje de la vida del artista que ilustra también un momento del país donde las redes del crimen alcanzan casi todo.
Tras la publicación de su biografía no autorizada, solamente Vicente Jr. se ha comunicado con la autora. Fue hace tres días, dice. La entrevista se realizó este jueves 9. "Se comunicó conmigo a través de WhatsApp y fue una conversación un poco tensa, educada, él es muy amable, pero no había leído el libro y me dijo algo que no me gusto: 'Cuánta difamación'. Yo le digo, '¿cómo? A mí nadie me acusa de difamadora sin pruebas. Vicente, te equivocas, si lees el libro te vas a dar cuenta cómo te trato'. Yo siento mucha compasión por Vicente Jr., todo lo que cuento está corroborado por fuentes y testimonios".
Relata que Vicente Fernández Jr. le confirmó que no ha leído el libro, ante lo que ella le pidió que lo hiciera, sacara sus conclusiones y le preguntara a ella sus dudas. "Pero sabe que lo que yo cuento es absolutamente cierto. Es así de verdad. Puede haber un detalle que varía, pero el fondo, es verdad".
Para escribir este libro, afirma, profundizó en la intimidad de los Fernández. "Hay cosas que se quedaron fuera, ya sea porque trato de tener varias fuentes que me lo confirmen, no una, investigo a ver si el que me lo está contando no está peleado y hay un interés de contar lo malo, o de acentuar lo negativo y también había información que no es mi estilo contar, que tiene que ver con la vida sexual de algún integrante, eso no".
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