Son muchas y muy variadas las áreas de la vida pública en las que ha incursionado Eduardo Verástegui, primero como actor y cantante de una conocida boy band y posteriormente como productor de películas y activista católico y de causas sociales.
Al respecto, el mexicano cuenta, en exclusiva con El Sol de México que esto sólo es parte del proceso evolutivo por el que pasan casi todas las personas:
“La gente va cambiando, ¿no? Tú y yo obviamente no pensamos igual que cuando teníamos cinco, siete o diez años, entonces las experiencias que uno va teniendo en la vida, lo que vas leyendo, tu familia, el amor, todo hace que vayas jalando para un lado o para el otro, y eso de alguna manera va marcando una ruta hacia quién eres”.
En su caso, primero le interesó el mundo del espectáculo, aunque considera que llegó a él por las razones equivocadas:
“Yo no sé qué va a pasar mañana con mi vida o qué es lo que me espera, pero todo puede pasar, hay momentos que te marcan y yo he tenido varios… Empecé estudiando actuación a los 18 años, cuando me mudé de Tamaulipas a la Ciudad de México, y llegué ahí, con esos sueños de querer trabajar en el medio del entretenimiento sin saber ni siquiera si era mi vocación o si me iba a gustar… Y ya después me invitan a una audición para formar parte del grupo Kairo, entro y estoy ahí durante tres años y medio, cantando y viajando por Latinoamérica hasta que después veo que quiero hacer algo más, por lo que dejo el grupo y me invitan hacer una telenovela, aunque en realidad terminé grabando cuatro”.
Aún así, confiesa Verástegui, nada lo llenaba.
“Yo seguí pensando en que quería algo más, que tenía que buscar lo que seguía para mí, porque había siempre como un vacío en cada proyecto en el que me involucraba… Iba creciendo mi carrera, pero también iba creciendo ese vacío que no lo llenaba nada, al principio pensaba que lo que necesitaba era más trabajo, y eso me lleva a Miami, donde grabo un disco, ¿pero qué crees? que el vacío seguía creciendo.
“El vacío que sentía era debido a que estaba en el mundo del entretenimiento más por un tipo de vanidad, que por la idea de servir para hacer de este un mundo mejor”
Y entonces comienza su carrera en el cine.
“En ese tiempo me invitan a hacer la película Chasing Papi con Sofía Vergara, por lo que retomo la actuación y dejo la música a un lado, pero una vez más el vacío seguía creciendo; había más fama y más todo, pero también más vacío, y es ahí cuando conozco a una maestra de inglés que me hace varias preguntas, sencillas pero profundas, como: ¿cuál es el propósito de tu vida? o ¿qué quieres alcanzar en tu vida? y cientos de preguntas así, con las que descubro que el vacío que sentía era debido a que estaba en esa carrera por las razones equivocadas, más relacionadas con un tipo de vanidad que por la idea de hacer el bien o de poder servir para hacer de este un mundo mejor, por medio de proyectos concretos”.
En ese momento Eduardo ya era un actor, con proyectos de talla internacional, pero la felicidad aún no llegaba.
“Entonces yo me hago la promesa de que jamás volvería a trabajar en ningún proyecto que ofendiera a mi familia o a mi comunidad hispana, y por andar haciendo promesas, me quedé sin trabajo cuatro años porque yo respondía a las diferentes propuestas que eso no era lo que yo quería, así que lo pierdo todo y es ahí cuando me aconsejan abrir una productora de cine para tener el poder de controlar el mensaje y para no quedarme sentado esperando a que llegara algo a mis manos, y abrí una productora de cine con Alejandro Monteverde y Leo Severino, juntos empezamos este sueño de hacer películas que no sólo tuvieran el potencial de entretener a la audiencia, sino también de hacer una diferencia en la sociedad”, cuenta.
Es así como salen a la luz películas como Bella (2006), la cual aborda el tema del aborto y la adopción, y con la cual obtienen un reconocimiento en el Festival de Cine de Toronto de ese año.
“Esa película nos pone en el mapa como cineastas; esa fue mi primera producción donde trabajé como actor principal y productor”, recuerda.
Después llega Little Boy, una película familiar que cuenta la historia de un niño y su relación con su padre durante la Segunda Guerra Mundial.
En 2015 Eduardo conoce a Tim Ballard, un activista que trabaja contra la trata de menores de edad, quien le cuenta su historia como agente especial en el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos que se dedica a arrestar a personas que poseen y distribuyen pornografía infantil, y de ahí sale la idea de hacer Sound of Freedom.
Cuenta que en esta cinta se cristalizan ocho años de trabajo y una serie de eventos inesperados, como un contrato con Fox Latinoamérica, que cuando es absorbida por Disney, estos rechazan la película, por lo que tienen que pasar a una larga etapa de renegociación en medio de la pandemia, y Verástegui sale de nueva cuenta a tocar las puertas de cadenas como Netflix y Amazon, quienes tampoco se interesan en el proyecto.
“Todos pasaban. Me decían lo mismo: Esto no es para nosotros, esto no es un negocio, nadie va a ver una película sobre el tráfico de niños, etcétera”, lamenta.
Finalmente recibe una llamada de Angel Productions Inc. quienes parecen ser su última opción, por lo que firma contrato con ellos y el 4 de julio pasado se estrena la película en Estados Unidos, que entra a la cartelera, directamente a competir con superproducciones como Indiana Jones.
El porcentaje de películas independientes que no terminan su producción o que la terminan y no salen a distribución es altísimo
“El porcentaje de películas independientes que no terminan su producción o que la terminan y no salen a distribución es altísimo. Entonces le están apostando a proyectos con riesgos muy altos, pero cuando crees en el proyecto, pues te la juegas, y sabiendo que el proyecto tiene el potencial de tocar corazones, la verdad es que sí es un milagro que esté teniendo tanto éxito, porque fue una película rechazada por los estudios durante tres años y medio”.
Debe ser difícil financiar una cinta independiente. ¿Quién te apoyó económicamente?
Desde que conocí a Tim Ballard decidimos empezar a levantar fondos para concretar la cinta y fueron más o menos 20 inversionistas los que aportaron, de los casi 100 empresarios de México y Estados Unidos que buscamos… Al principio me decían: Es que esto es muy peligroso, nosotros tenemos familia y no podemos meternos en un proyecto de alto riesgo, y yo les decía: ¡precisamente porque es peligroso, sería más peligroso no hacerlo!
“Afortunadamente -continúa- hubo personas como John Paul DeJoria, que fue nuestro primer inversionista y quien dijo yo voy con ustedes”.
Otros nombres que Eduardo señala como los principales financiadores de esta cinta, que se estrena a finales de agosto en México, son: Patrick Slim, Tony Robbins, Cecilia Coppel, Arturo Alvarez Bermejillo, Whitney Kroenke y Sybil Robson.
“También han dicho que es una película que está financiada por una sola persona, y ojalá así fuera, no nos hubiéramos tardado ocho años en sacarla, pero mira, ¿quiénes son los únicos que no quisieran una película diseñada para crear conciencia? Pues una de dos: Los que la vieron y no les gustó o la industria de la tecnología, que no quiere esta película porque está afectando sus intereses”.
Unos días después de que tuvimos esta conversación con Verástegui, trascendió en medios de comunicación que Fabián Marta, otro de los fondeadores de la película, fue arrestado por secuestro de niños.
Inmediatamente buscamos a su vocera para solicitar una postura de parte del actor, pero al cierre de esta nota no dio respuesta.
Sobre el motivo por el que prefirieron hacer una película en lugar de un documental, Verástegui argumentó que en el segundo caso el impacto es muy limitado y que lo que ellos buscan con este filme es crear un movimiento global que inspire a la gente para que se convierta en “embajadora de la libertad”.
“Por eso quisimos crear una película, eso sí, basada en hechos reales”, añade.
La política
El papel de Eduardo Verástegui como activista político ultraconservador y de extrema derecha también es muy conocido, principalmente en Estados Unidos y México.
El excantante recalca que desde hace 20 años las políticas al servicio de la nación han sido su nueva vocación y que está convencido de que todos podemos hacer algo para mejorar nuestro entorno, sobre todo, dice “sabiendo que en política no hay sillas vacías y que las decisiones de los gobiernos nos afectan a todos”.
“Y ahí es donde nace Viva México, que es un movimiento que nace después de una gira por todo México, en la que mucha gente me ha estado invitando a participar en política, pero no como lo venía haciendo, sino para pasarme al otro lado, y aunque les he dicho que no soy un político, pues a mí me interesa servir, y por ello se ha estado hablando de construir una candidatura independiente para el 2024, pero es algo que estoy valorando, ya que sería el proyecto más grande de mi vida… Tengo que tomar una decisión y muy pronto la voy a tomar”, adelanta.
¿Entonces no irías con ningún partido político?
Con ninguno. A mí se me hacen lo mismo todos. No hay oposición en México, la oposición verdadera es el pueblo de México, ese es el guerrero… Pero la mayoría del pueblo mexicano no tiene representación política, pero yo no creo que ningún partido, creo que hay gente muy valiosa dentro de todos los partidos, tengo muchos amigos que están ahí por vocación real, pero también sé que hay gente que ha sido dañada y manipulada… México sigue siendo un pueblo muy lastimado, y en un país muy rico donde hay mucha gente pobre viviendo, pues algo está mal, ¿no? Y hay que solucionarlo entre todos.
No hay oposición en México, la oposición verdadera es el pueblo de México, ese es el guerrero
Verástegui ha realizado distintas funciones especiales de su película y tratado de involucrar a varios actores políticos, como el expresidente Donald Trump y el presidente de Ecuador, Nayib Bukele, en este tema.
En cuanto a México, asegura que pronto le hará llegar una invitación al presidente López Obrador, para que se sume a la lucha en contra de la trata infantil.
“Mi invitación es para todos, no importa si eres de izquierda, de derecha, de arriba o de abajo, es una invitación a que rescatemos, salvemos y protejamos por encima de nuestras diferencias religiosas o políticas, que no pueden ser más importantes que defender, proteger, salvar y rescatar a los niños.
Lo que tienes que hacer es poner tus prioridades en orden e ir apoyándote en aquellos que vayan más o menos en línea de tus prioridades
Mencionabas a Trump y a López Obrador, dos personajes que tienen muchas diferencias, pero también semejanzas.
Si yo te dijera de todas las diferencias que tengo, incluso hasta con miembros de mi familia, es más, hasta conmigo mismo. ¿Nunca te ha pasado que cambias de opinión de un día para otro porque alguien te convenció de una cosa? En este mundo es imposible estar de acuerdo con todos en todo, eso no existe, por eso lo que tienes que hacer es poner tus prioridades en orden e ir apoyándote en aquellos que vayan más o menos en línea de tus prioridades, pero en este tema de los niños creo que podemos trabajar juntos y ponerle foco a este problema que es tremendo y que sigue creciendo.
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Finalmente, Eduardo considera esta como una lucha titánica, aunque no la primera de su vida:
“Siempre, en todos mis proyectos me han dicho que no tengo posibilidad alguna, pero cuando se trata de algo que haces por amor a Dios y a tu país, pues tienes que dar la pelea y dar la vida por lo que crees”, concluye.