Enrique Guzmán ha disfrutado de un año muy activo, un disco exitoso lleno de colaboraciones y presentaciones en los recintos más importantes del país y comenzó al lado de grandes exponentes del rock, el musical Jesucristo Superestrella, en donde ha retomado su experiencia con los musicales para representar al temido Herodes.
Aunque en ocasiones ha mencionado que su personaje es muy distinto a su persona, el cantante reflexiona, "sí tengo cosas de él de alguna manera, es muy sádico el papel de Herodes, es el más sádico de todo, además es el mujeriego, el que sale acompañado de bailarinas, me gusta", afirma de la obra que tendrá funciones este fin de año y regresará en enero 16 con una corta temporada.
Con una larga trayectoria en la música, el cantante ha atravesado por diversas situaciones de salud que le han dejado diversos aprendizajes, "la vida tiene una forma de ser sola, no es fácil vivir, hay que sacrificar muchas cosas y las he sacrificado y el resultado que tengo es correcto, a me gustaría que cada una de las cosas que hago deje una huella importante en la vida de la gente", explica el cantante.
Sin embargo el estilo de vida que lleva, sigue siendo el de una estrella. "El rock and roll es una forma de vivir no es un ritmo, es una forma de protestar, yo todavía me considero protestón, hay muchas cosas en la sociedad que no me gustan", revela.
Sabe que con sus casi 60 años de trayectoria, ha alcanzado un prestigio distinto que hoy le da otra visión del éxito, "ahora ya tengo una posición desde donde mirar, antes no tenía nada más que escarbar para arriba, trepar, ahora puedo escoger el camino, puedo planear y soñar un poquito, mi posición es más cómoda, hablando en todos los sentidos".
¿Y con qué sueña Enrique Guzmán?, se le cuestiona y contesta, "sueño con poder verme en el espejo mañana y gustarme, ver mi imagen y decir, lo estás haciendo bien Guzmán".
Grabará la segunda parte de su disco Se habla español, pues quedaron fuera muchos temas, entre ellos, Acompáñame.