Hijos de la rebeldía rockera y del descontento político y social de México, los integrantes de Molotov incendiaron los ánimos en su primera presentación en solitario en el Foro Sol con sus contestatarias e irreverentes canciones, durante la fecha de cierre de su gira #EstallaMolotovTour, misma que sirvió para la celebración de su aniversario número 27.
Así, acogidos por la benevolencia del dios Tláloc, quien dio visto bueno a la gran fiesta para el disfrute de los “super chilangos”, sin demasiadas palabras, los músicos expresaron en varias ocasiones su agradecimiento al público que, a pesar de ser demasiado diverso, se compuso esencialmente por adultos de treinta años para arriba.
Puedes leer también: Estoy francamente triste: Enrique Iglesias cancela su concierto en Tecate Emblema
“Ya son muchísimas rolas y muchos años y siguen aquí con nosotros, banda… desde el siglo pasado”, gritó en algún momento de la noche Tito Fuentes, guitarrista principal de la agrupación.
Con un sentir explosivo, que radicalmente cambiaba, como una cadena de protestas y agresivos acordes, la banda arrancó la noche con la rola “El Carnal de las Estrellas”, de su álbum Molomix, de 1998, que en su letra señala lo truculento que es el afán de buscar fama en medios como la televisión.
Luego, en juego de sarcasmo y cinismo, comenzaron a tocar “Oleré y oleré y oleré el UHU”, canción tan llena de hastió y abulia, de hartazgo y desesperación que trae día a día. Tras ella siguió uno de los temas más coreados, “Chinga tu madre”, que atascó de mentadas todo el ambiente, haciendo entender que en el fondo, en un abrazo de fuego, todos de algún modo, podemos ser susceptibles a que nos recuerden el mes de mayo, desde los políticos más ratas, hasta los seres más perdidos del concierto.
El desenfrenado popurrí contempló varias rolas que esta banda ha convertido en himnos de protesta y se han coreado en las marchas de varios movimientos sociales que han marcado la historia de nuestro país en los últimos 20 años. Rolas como “Frijolero”, que Paco Ayala, bajista de Molotov, dedicó a los migrantes en nuestro país.
De éstas también tocaron “Voto latino”, que saca todo el orgullo de América Latina; pero, tal vez sobre todas, la que mas sonó fue “Gimme the Power”, que con la colaboración de Ruben Albarrán, vocalista de Café Tacvba, cuestionó una vez más el saqueo y enriquecimiento de la clase política mexicana a costa del sudor y la sangre de millones de mexicanos.
Así como una vez dijo el escritor y rockero Juan Villoro, que Molotov representaba el descontento mexicano, pero también el sinsentido, la banda tocó varias canciones que terminaron por hacer explotar en ese ritual salvaje, de patadas y codazos, que es el slam, por lo que toda la pandilla se puso a brincar con “Changüich a la Chichona”, “Guacala Que Rico”, “Marciano” o “Rastaman-Dita”, que contó con la colaboración en vivo de Amandititita, “Diseño rolas”, “Yofo”, Mátate Teté, “Here We Kum”.
¿Cuántas buenas rolas no se rifaron?, hasta en algún momento Albarrán y los de Molotov se echaron una versión pesada de “La chica banda”, que de pronto hizo a todos regresar a la admirar a esa morra que era “de la secu 23”. Otros invitados al concierto fueron Paco Huidobro; Zeta Bosio, de la mítica banda Soda Stereo; y Pato Machete, de Control Machete, con quien los chilangos cantaron “Más vale cholo” y “¿Me comprendes, Mendes?”.
Sin nada de cancelación, al grito de “Puto el que no brinque”, el concierto termino con la rola “Puto”, que todos corearon, haciendo temblar las gradas y con el reflejo del fuego en sus ojos que despedía el escenario.
