Quién no recuerda al ejército de escobas marchando al compás del poema sinfónico de Paul Dukas mientras Mickey Mouse corre asustado por arreglar los destrozos que causó su magia. Esta es una de las escenas más memorables de Fantasía, película de Walt Disney que hoy cumple 80 años desde su estreno en 1940.
La película fue un trabajo experimental, casi sin diálogos que tenía el propósito de animar composiciones de música clásica, pero el objetivo real l era dar mayor proyección aMichey Mouse.
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Mario Iván Martínez, actor y cuentacuentos, recuerda haber visto aquella escena cuando era un niño: “Naturalmente uno se ve identificado con Mickey Mouse porque es quien personifica al aprendiz, con ese momento cuando el mentor o el padre está descuidado y el niño hace una travesura”.
“Yo me identifiqué, pero también me angustié muchísimo la primera vez que la vi porque veía los pedazos de escoba que se reproducían al infinito y en determinado momento todo se ve perdido y no hay manera de resolverlo, pero el mago es quien pone todo el orden”, recuerda.
Fantasía fue apenas el tercer largometraje que Disney presentó en la gran pantalla luego de su éxito con Blanca Nieves y los siete enanos y Pinocho. A lo largo de dos horas se muestran una serie de segmentos animados que interpretan grandes obras en la historia de la música clásica.
El acercamiento de Mario Iván Martínez con esta película vino gracias a su padre, quien le enseñó a él y a sus hermanos a escuchar la música con toda atención, “y si alguien hablaba la quitaba”. Así que cuando hubo oportunidad, su padre se las presentó.
“Cuando llegó la película, mi padre se entusiasmó en llevarnos, no nada más porque Disney se arriesga a experimentar sacando los diálogos y dejando que la música hable, sino porque contaba con una banda sonora muy extraordinaria. Fantasía nos demostró que cuando una partitura está escrita con tal virtuosismo es como un idioma en sí que nos ofrece múltiples oportunidades”.
Esa banda sonora está integrada por composiciones como la Tocata y Fuga en re menor de Bach; El Cascanueces de Tchaikovski: La Consagración de la Primavera de Stravinski, la Sinfonía No.6 de Beethoven y La Danza de las horas de La Gioconda, de Amilcare Ponchielli, entre otras.
Fantasía fue el reto más grande de Walt Disney en su empresa naciente. Su presupuesto estuvo por encima de los 2.2 millones de dólares y los resultados en taquilla quedaron lejos de lo esperado.
El tiempo y la crítica fueron en realidad quienes le hicieron justicia a la película. El Instituto Americano del Cine la ubica como la quinta mejor película de animación en la historia; mientras que los especializas la consideran como una cinta que marcó un punto de partida en los dibujos animados.
“El gran legado de esta película tiene que ver con que establece un nuevo lenguaje no nada más visual, gráfico, sino también tecnológico porque en su época fue revolucionaria por su sonido estereofónico. Y eso nos demostró que la palabra no es necesariamente la artífice para propiciar la imaginación, sino de pronto la música puede ser tan elocuente en contubernio con la animación como una historia hablada”, considerá Mario Iván.
Una secuela fantástica
Fantasía trascendió en el tiempo y rompió generaciones. Tanto así que para 1999 la compañía del ratón lanzó una especie de secuela con la que celebró 60 años de la cinta original. El resultado fue Fantasía 2000, añadiendo para esta ocasión la participación de algunos actores de carne y hueso como Steve Martin, quien fue el presentador de la historia.
Esta segunda entrega alcanzó a una nueva generación de jóvenes que experimentaron la oportunidad de descubrir la animación a partir de la música. Héctor Portillo, creador del canal de YouTube Caja de Películas, considera a Fantasía 2000 como una herramienta que le permitió “encontrarle emoción a la música”.
“Es algo que me sigue hasta hoy en día cuando hago mis videos; antes no le prestaba tanto la atención a la música y ahora que hago producción me doy cuenta de lo que sonaría como un alto, algo feliz, triste. Se pueden identificar el valor y las emociones dentro de la música y siento que Fantasía comenzó un poquito eso a desafiándome a encontrar el corazón a la música”.
El valor que Fantasía 2000 y Fantasía dejan en el público más joven es la oportunidad de abrir un panorama al formato de películas que un niño pueda disfrutar, dice Trejo: “Que una película sea para niños no significa que tenga que ser tonta o fácil para consumir, sino que pueden tener clase, elegancia y con mensajes gigantes. Y Fantasía lo refleja, porque da oportunidad a que los niños ven cine de otra forma y los toma más en serio”.
Micky Mouse es el personaje principal de este filme que combina la música clásica con la animación, incluye obras de Bach, Stravinski, Chaikovski y Beethoven
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