Hace 20 años murió Frank Sinatra, una de las estrellas del espectáculo más populares del siglo XX. Todavía gozamos el inmenso placer de admirarlo en vivo. La noche del 22 de junio de 1991 en el Palacio de los Deportes, La Voz, como se le conocía, desplegaba su arte ante más de 15 mil espectadores atrapados en la seducción que ejercía y El Sol de México daba cuenta de ello: "Sublime, era como estar en la gloria, el público le aplaudía todo".
Acompañado por Steve Lawrence y Eydie Gormé, quien había grabado con el trío Los Panchos, la escala mexicana formaba parte de su gira Diamond jubilee, siendo la segunda y última vez que Blue Eyes cantaba en nuestro país; la primera había sido en la década de los años 50 teniendo como escenario un cine capitalino convertido en sala de conciertos.
En aquel 1991 su fortuna, de acuerdo a la revista Forbes, ascendía a 26 millones de dólares.
El actor y cantante estadounidense nacido en Hoboken, Nueva Jersey, el 12 de diciembre de 1915, ya retirado de su carrera falleció el 14 de mayo de 1998 a consecuencia de un agudo infarto al miocardio.
Pero ahí quedó su historia, la leyenda de un hombre que conquistó al mundo con su poder interpretativo; un hombre polémico que disfrutó la vida intensamente rodeado de fama y dinero, entre amores envidiados y amistades peligrosas, pero profesional al fin labrando una brillante trayectoria artística que comenzó en 1938 y culminó en 1995. Sus encuentros con oscuros personajes de la mafia como el temible Sam Giancana y su apoyo a presidentes como Ronald Reagan, coadyuvaron a forjar esa leyenda que persiste hasta nuestros días.
¿Quién no ha “cantado” New York, New York o My way en los karaokes de moda?
DE PANDILLERO A ESTRELLA
Hijo único, Francis Albert Sinatra nació en el seno de una familia de inmigrantes italianos; su madre, Natalina Garaventa, provenía de Génova y su padre, Antonino Martino Sinatra, de Palermo.
Frankie el adolescente heredó de su padre la afición por el boxeo, pero además cantaba y tocaba la pianola en un bar propiedad de don Antonino Martino. Influenciado por Al Jolson y Bing Crosby, los grandes cantantes de la época, se prendió de la música, pero también vendía periódicos en el Jersey Observer y fue pandillero, camionero y cronista deportivo antes de enfilarse a la cima del cielo.
De hecho el chico Frank comenzó su carrera cantando en bares hasta que, como sucede con muchos otros, ganó un concurso en una estación de radio formando parte del trío Three Flashes. Más tarde aprendió a proyectar su voz y se hizo amigo del micrófono. La radio fue el medio idóneo para hacerse popular y en una de esas oportunidades que le brindó la vida, conoció a Harry James, trompetista de la banda de Benny Goodman, quien lo invitó a cantar en su propio grupo.
Frankie boy, al tiempo que desarrollaba su talento adquiría confianza en sí mismo. Sin embargo, fue el otro grande, Tommy Dorsey, a quien le aprendió dinámica, fraseo, estilo y negocio. Con Dorsey, precisamente, grabó su primer número uno en las listas de Billboard, en 1940: I´ll never smile again; después vendrían otras melodías que fueron gran éxito en ventas.
GANÓ EL OSCAR
Al año siguiente llegó su primera película: Las Vegas nights, iniciando así una carrera cinematográfica que lo condujo a ganar el Oscar en 1953, al mejor actor de reparto por la cinta De aquí a la eternidad, así como tres Globos de Oro.
No obstante, Frankie estaba destinado a convertirse en el fenómeno de las quinceañeras cuando, en 1942, estalló la histeria colectiva en una de sus presentaciones en el teatro Paramount de Nueva York, donde unas 40 mil fanáticas colapsaron los alrededores. Entonces se multiplicaron los contratos en discos, cine, radio y televisión, iniciándose de esta forma el mito Sinatra.
Pero no todo lo que brillaba era oro. Algunas de sus películas fracasaban y, en 1951, vino un declive en su carrera entre escándalos amorosos y su amistad con el crimen organizado. Sam Giancana, un padrino de la mafia en la vida real, fue alojado en un complejo residencial propiedad de Frank, lo que trajo a éste problemas con la ley.
LUIS MIGUEL EN UN DUETO
Sin embargo, paralelamente su carrera continuaba fulgurante. Sus actuaciones en Las Vegas ya como solista o haciendo tripleta con Dean Martin y Sammy Davis Jr., reflejaba la apoteosis del entretenimiento. Frank Sinatra representaba la viva imagen del espectáculo estadounidense y su popularidad se extendía al mundo entero; tanto así que en los años 80 reunió en un concierto a 175 mil personas en el estadio Maracaná de Brasil, e hizo añicos un récord en el Carnegie Hall agotando localidades en un solo día, lo que no había ocurrido en 90 años.
Todavía en 1993 y 1994, gracias a las bondades de la tecnología, La voz grabó dos discos de duetos, invitando a cantar con él a estrellas de la talla de Barbra Streisand, Aretha Franklin, Tony Bennett, Charles Aznavour, Bono, Liza Minnelli, Neil Diamond, Julio Iglesias y hasta Luis Miguel por parte de nuestro país, que grabó con él en el álbum 2 el tema Come fly with me.