Toda la fuerza, todo el placer, toda la indignación, todo el dolor, toda la agonía. Con 30 años sobre los escenarios, una vez más, Garbage, considerada entre las más grandes bandas de rock alternativo de los noventas del siglo pasado, hizo gritar al público mexicano con su música, desde el primer acorde, en su presentación en Pepsi Center, lugar que llegó a congregar ocho mil personas que, sin escatimar en gritos y aplausos, hicieron sentir a estos músicos estadounidenses y escoceses como en su primera presentación en tierras aztecas, en 1996.
“México es místico, violento, alegre y endemoniadamente loco: todo lo que amaríamos de cualquier nación y su gente. Muchas gracias por todos los abrazos que nos dan de vuelta, los amamos muchísimo. Gracias por todo”, dijo Shirley Manson, vocalista de la banda, tras destrozar el silencio con “Supervixen”, un tema que invita sensualmente a crear una nueva religión, a partir del placer, desde las más pesadas cadenas de la libertad.
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Ataviada con un vestido blanco, que contrastaban con sus botas negras de plataformas rosas, la cantante de 57 años, junto a los músicos Duke Erikson, Steve Maker y Butch Vig, interpretó varios de sus éxitos, entre ellos, la canción de protesta "The Men Who Rule The World", una de las más coreadas, por su profundo significado de rabia ante la idolatría del dinero.
Victoria, de 34 años, quien estaba entre el público, dijo lo que compartían sobre la banda varios de los asistentes a este concierto era un rasgo generacional, en el que la depresión y el hartazgo es una constante, desde incluso una generación anterior.
“Yo adopté el gusto a Garbage por mi mamá, que era bien ‘grounchera’; y la verdad es que nunca me había aventado, o no había podido ir a ningún concierto de ellos. Pero también, yo he estado siguiendo las redes de Shirley, y sé que había estado pasando por un momento muy difícil, como yo. Como fan, me siento muy orgullosa por estar aquí, porque ella me ha hecho sentir acompañada con su música. Yo escucho sus discos muy religiosamente, no sólo por lo que significa para mi infancia, sino por que tiene un mensaje profundo, tal vez depresivo, pero que me identifica, con una gran crítica social, porque además de todo apoya muchísmo a las mujeres”.
Sobre el mal momento por el que pasa Shirley, la misma cantante mencionó durante el concierto que se trata de la pérdida de su perra, de quien lamentó su muerte, casi como la muerte de su madre, quien falleció por complicaciones de demencia en 2008. El hecho, aunque reconoció que podría ser ridículo le hizo pensar en quitarse la vida. La canción fue “Push It”, que entre sus versos dice: “No te preocupes, nena/ no estés alterada. /Nos quedaremos despiertos toda la noche./ Este es el ruido que me mantiene despierto”.
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En el recorrido obligado de este concierto, que formó parte del tour veraniego que Garbage realizó por Latinoamérica y Estados Unidos, la banda interpretó canciones emblemáticas, muy fuertemente cantadas por el público, como “Wolves”, “Godhead” y, de su vieja guardia “Stupid Girl”. Con “Cherry Lips”, aunque avergonzada por no hablar español, Shirley Manson hizo gritar a todos al contar con bailarines que salieron con máscaras de luchadores, lo cual enloqueció a todos los presentes.