Mexicana y ranchera (y de hueso colorado, por herencia artística), es la cuarta producción del género en los 47 años de carrera de Guadalupe Pineda, quien grabó Besos y copas en sonido de mariachi, un clásico en la voz de Chayito Valdez.
“Este material de seis canciones ya lo venía trabajando desde antes de la pandemia, porque quería sacar algo nuevo de ranchero, uno de los géneros que me hacen feliz, porque lo traigo de herencia familiar de parte de mis tíos Antonio Aguilar y Flor Silvestre", dice en entrevista.
De Besos y copas, de Víctor Cordero, que ya ha sido grabada por Alicia Villarreal y Jenni Rivera, Guadalupe Pineda describe: “Tenía muchas ganas de cantarle al amor de esa manera bravía, con el mariachi del que siento gran orgullo”.
En el álbum próximo a lanzarse con seis canciones conocidas, bajo la producción de Fernando de Santiago, “busqué letras que me gustan, que pude interpretar como quiero tocar en el corazón de la gente. Hay temas de amor, de desamor, lo hermoso es que son súper populares y que hay gente que las conoce y otras apenas las irán a conocer como nuevas generaciones de mexicanos”, describe.
El videoclip del tema se grabó en Tayahua, Zacatecas donde vivió su familia, “quienes han muerto están enterrados en ese lugar y para mí haber grabado en esos rinconcitos que recorrí desde niña, primos lo hace más valioso”.
Mexicana y ranchera, se lanzará tema por tema. "Viene un dueto espectacular, que nadie se lo espera, es increíble. Podrá ser el segundo corte o el tercero”, precisó.