Cierta ocasión durante una entrevista de prensa en Venezuela le preguntaron a Carlos Villagrán quién era su personaje entrañable en la serie El chavo del 8; sin dudarlo, el famoso Quico respondió que Don Ramón. Y en efecto, el actor Ramón Valdés se quedó en el corazón de millones de espectadores en gran parte del planeta donde, incluso aún, continúa transmitiéndose la popular serie de la televisión mexicana.
Era, para el chavito, Ron Damón; el padre de La Chilindrina y el amor platónico de la Bruja del 71; el holgazán de la vecindad habitualmente cacheteado por Doña Florinda y, en síntesis, la “chusma, chusma” para el propio Quico. Pero más allá de su labor en los programas de Roberto Gómez Bolaños, el actor nacido en Ciudad de México el 2 de septiembre de 1923, realizó una larga carrera artística de más de 40 años que incluyó casi un centenar de películas. Murió un día como hoy, hace 30 años.
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El diario peruano El Comercio lo recuerda con admiración y cariño: “El querido artista mexicano quedó en la retina de millones de personas alrededor del mundo”. Y agrega: “Desplegó su talento interpretando diversos personajes en teatro, cine y televisión. En el recuerdo quedaron imágenes de sus giras por toda Latinoamérica junto al elenco de El chavo del 8”.
En Italia, el nombre de su personaje cambió un poco: Bartolomeo; mientras en Brasil, donde el programa es considerado “inmortal” y se le rinde una “extraña adoración”, se llama Seu Madruga.
De carne y hueso
Pero, ¿quién era este admirado actor, hermano de los también comediantes Germán Valdés Tin Tan y Manuel El Loco Valdés?
Ramón Antonio Esteban Gómez Valdés Castillo fue hijo de don Rafael Gómez Valdés Angelini y doña Guadalupe Castillo. Se casó con la cantante Araceli Julián, del trío formado por Las Hermanas Julián, cuya otra de las integrante, Rosalía, era esposa de su hermano Germán. Procreó un hijo: Esteban Valdés Julián.
Fue precisamente Tin Tan quien le tendió la mano y lo insertó en algunas de sus películas como Calabacitas tiernas, La marca del zorrillo, El rey del barrio y El fantasma de la opereta, entre otras; también actuó al lado de Pedro Infante y Cantinflas, sin embargo, es evidente que su participación en los programas de Gómez Bolaños le brindaron una proyección más amplia a su carrera. El propio Gómez Bolaños era su admirador, pues lo había visto trabajar en el cine, y lo llamó para integrarlo a su compañía. De modo que además de El chavo, Ramón actuó en Los supergenios de la mesa cuadrada (1968) y El Chapulín Colorado (1972).
Detrás de los coscorrones que propinaba al Chavito y los pellizcos a Quico, había un ser humano noble y de gran corazón. Así era en la vida real el actor que a los dos años de edad fue llevado por sus padres a radicar en Ciudad Juárez, donde se inició en la actuación.
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Una vez que salió de la compañía de Gómez Bolaños a causa de presuntas disputas con Florinda Meza, Don Ramón viajó a Venezuela para trabajar en la televisión de aquel país con Carlos Villagrán, quien asimismo se había separado de Chespirito. Pero el éxito no fue el esperado y regresó a México.
También lo recordamos en la película El chanfle y haciendo el papel de Tzekub Baloyán en Chanoc en la isla de los muertos. Otros de sus personajes son Súper Sam, Tripaseca, Moncho y El Peterete de Los caquitos, entre varios más.
Su adicción al tabaco le produjo cáncer en el estómago. Fue sometido a una intervención quirúrgica, pero a mediados de los años 80 fue desahuciado; no obstante, continuó trabajando con su circo hasta que no pudo más y el 9 de agosto de 1988 partió de esta vida. Tenía 64 años de edad, sus restos reposan en el panteón Mausoleos del Ángel de la capital mexicana.