GUADALAJARA. Durante los meses que la pandemia por Covid-19 detuvo las producciones audiovisuales en todo el mundo habrían provocado una pérdida económica de 145 millones de dólares, según el estudio presentado por la consultora británica Olsberg•SPI.
Leon Forde, su director general, y Steve Solot, asociado en Latinoamérica para esta consultora, presentaron en la 35 edición del Festival internacional de Cine en Guadalajara el estudio Producción audiovisual y global: el impacto de la producción de cine y televisión en la recuperación económica tras la COVID-19, realizado a nivel global con la participación de 141 comisiones fílmicas nacionales, regionales y locales de 69 naciones, incluyendo México.
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“Los resultados dicen que en varios de los países ha habido un alto total, por las afecciones del año 2020 y el inicio arduo que se tuvo en estos sectores con un declive del 70 por ciento en toda la producción. A la hora de llevar a cabo un modelo económico vemos que el cierre de muchas de estas empresas durante los primeros seis meses del 2020 lleva a una pérdida de 145 mil millones de dólares”, dijo Leon Forde, durante un encuentro virtual.
A pesar del panorama adverso, el estudio considera la producción audiovisual como uno de los motores más eficaces para la recuperación económica en el mundo, debido a la rapidez con la que se genera una derrama con una sola producción.
“El sector audiovisual, sea de producción de cine o televisión y todos los elementos de contenido audiovisual se hace más rápido que la economía en general. El estudio presenta un ejemplo de una película importante con un presupuesto de 220 millones de dólares que acaba gastando un promedio de 10 millones de dólares semanales durante el rodaje de 16 semanas. Esto se repite en una escala menor para películas menores”, comentó Steve Solot.
Según el estudio, el 67 por ciento de los costos de una producción audiovisual son invertidos en otros sectores económicos. “Hay un impacto indirecto enorme: más del 50 por ciento del gasto se dirige a otros sectores como construcción hotelería, viajes, turismo, inmobiliaria, moda, estética, efectos especiales, que no son sectores específicamente de producción de contenido audiovisual”, dijo el especialista.
El estudio considera que la recuperación económica por la vía de produccion audiovisual puede lograrse con la participación conjunta de los gobiernos tanto locales como federales de los países. Leon Forde destacó el trabajo de países como España, que aumentó el porcentaje de incentivos para estimular la producción; así como Suecia, que realizó un desembolso anticipado de fondos de desarrollo para garantizar la realización de proyectos que estaban en curso.
“Aquí el punto clave a resaltar es que no estamos viendo mercados importantes que estén reduciendo o deteniendo el fondeo o financiamiento del sector. Estos apoyos se ven desde diferentes trincheras: Australia tiene un nuevo fondeo para fungir como incentivo al sector”, dijo.
En el caso de México se destacó el papel que ha jugado la industria privada para recuperar la industria, tomando como ejemplo los Fondos de Apoyo Covid-19 para la Industria Audiovisual que dio Netflix a través de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, al otorgar 25 millones de pesos para trabajadores del sector.
Los especialistas señalaron su preocupación porque en nuestro país no se motive la producción cinematográfica desde el Gobierno Federal, pero señalaron que existe “una oportunidad para los estados y municipios para crear un incentivo”.
“Con los cambios de los gobiernos hay un desafío increíble de volver a comenzar de cero para explicar a las autoridades cómo es importante el sector audiovisual como motor de crecimiento y desarrollo económico. Esta es una tarea difícil, pero hay que llegar a la gente apropiada”, concluyeron.