No importa cuantas veces Interpol visite la Ciudad de México, sus fans siempre los reciben con un cariño desbordante, como si fuera la primera vez.
En cuanto las luces del Palacio de los Deportes se apagaron, anunciando la llegada de la banda al escenario, se escuchó una ovación ensordecedora, que permaneció durante todo lo que duró Untitled, el primer tema de la noche.
Con un español casi perfecto, Paul Banks, el vocalista, dio la bienvenida a los 21 mil 100 asistentes, y anunció que su baterista, Sam Fogarino, estaba enfermo y no pudo acudir a la cita. "Es increíble estar aquí con todos ustedes", dijo.
El show continuó con temas como Evil, Narc, Toni, Something changed y Obstacle 1. Entre los asistentes, los vendedores de cerveza incluso chocaban entre ellos, pues no se daban abasto para saciar la sed de los fans sedientos, que deseaban acompañar el concierto con un buen trago.
"Han pasado varios años desde la última vez que estuvimos aquí, sé que han cambiado mucho, pero nos da por esa razón mucho placer. Estamos muy contentos de estar con todos ustedes", dijo Paul, nuevamente en español, antes de continuar con su repertorio.
Los temas All the rage back home y Rest my chemistry parecieron subir el volumen al público, e iluminaron el recinto, con el ya clásico encendido de los celulares. Los hits continuaron con Leif Erikson y The Heinrich Maneuver.
En todo momento, el escenario se mantuvo iluminado por luces que, a veces se tornaban rojas y otras blancas, pero nunca dejaban de parpadear al ritmo de la música.
The Rover, The new y C'mere parecían haber cerrado el concierto, pero el público no estaba listo para irse, así que entre gritos de "Interpol, Interpol", y uno que otro chiflido, pidieron su regreso para un par de temas más.
La banda obedeció, y regresó para despedirse con Lights, PDA y Slow hands. La gente comenzó a salir rápidamente, pero todavía quedaba una canción más por tocar.
Aprovechando el espacio que dejaban quienes ya se dirigían a la salida, los que se quedaron en el área general se apresuraron para agarrar un lugar más cerca y disfrutar de Not even jail, mientras que en las escaleras se observaba a otros que se apresuraban a regresar para recuperar su lugar.
Paul se despidió lanzando besos, y antes de irse, alcanzó a recibir de manos de un fan una bandera de México, que tenía escrita la leyenda "I love Interpol".