La ciudad italiana de Rímini celebró ayer el centenario del nacimiento de uno de los genios del cine, Federico Fellini, cuyo universo fantástico y surrealista marcó la historia del séptimo arte.
El director, que revolucionó el cine con su mundo onírico, su melancolía y desbordante imaginación, gracias a películas inolvidables como La strada (1954), Las noches de Cabiria (1957), La dolce vita (1960), fallecido en Roma en 1993, cumpliría este lunes 100 años.
Un siglo después de su nacimiento, su ciudad de nacimiento, Rímini, sobre el mar Adriático, en el centro de la península, en la que nació el 20 de enero de 1920, le prepara un regalo muy especial: un museo completamente dedicado al maestro, en el que se mezclará poesía y tecnología.
La ciudad que inspiró seguramente una de sus obras maestras, Amarcord (1973), un retrato de la Italia profunda en pleno fascismo, quiere que el museo sea "una plaza de ensueño", como la llamó el diario Il Fatto Quotidiano, por la escenografía visionaria y las instalaciones tomadas de sus películas.
"El efecto onírico estará garantizado", sostuvo el alcalde Andrea Gnassi hace un mes al presentar el proyecto de Museo Internacional Federico Fellini, llamado también el museo sin muros, que será inaugurado en diciembre del 2020.
"Si uno ve con atención algunos filmes de Fellini, como Amarcord, La dolce vita, y I Vitelloni, es como ver un libro de historia, se recorre la historia de Italia, desde los años 30 hasta los 80", comentó Marco Leonetti, responsable de la Cinemateca de Rimini.
El homenaje a Fellini, que durará todo el año, incluye también además de la exposición en el castillo medieval titulada Fellini 100. Genio inmortal, instalaciones y conciertos repartidos por el casco histórico de la ciudad.