El éxito de Marvel Comics está cimentada en personajes como Los Cuatro Fantásticos, Spider-Man, X-Men y un largo etcétera, todos ellos atribuidos, al menos popularmente, al genio de Stan Lee.
La historia más conocida dice que fue el originario de Manhattan quien creó a algunos de los personajes ficticios más populares del mundo… pero esa versión no es calcada de la realidad.
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A principios de la década de los 60, Marvel Comics llevaba más de 25 años tratando de ganarse un lugar en el mundo de los cómics sin mucho éxito. Era tanta su inestabilidad que para ese entonces ya había cambiado de nombre un par de veces y estaba en severos problemas económicos.
Un día, Martin Goodman, dueño de Marvel Comics, recibió una invitación para jugar golf de Jack Liebowitz, editor de DC Comics, la editorial de historietas más grande de Estados Unidos en ese entonces.
En el partido, Liebowitz le comentó a Goodman que estaba planeando crear una historia para juntar a sus héroes más importantes (La Liga de la Justicia), una idea que al dueño de Marvel le pareció digna de imitarse.
Para entonces Marvel acaba de hacer recorte de personal, por lo que Goodman no le quedó de otra que juntar a sus dos mejores elementos: Stan Lee y Jack Kirby, lo que irónicamente se convirtió en un equipo tan redituable como el de la competencia.
En principio ambos tuvieron el problema de que no podían crear a un equipo como el de DC Comics porque carecían de superhéroes famosos, por lo que tuvieron que crear al propio: Los Cuatro Fantásticos.
Aquí es donde la historia de Marvel se vuelve confusa y cada quien le cree a quien quiera. Mientras Lee asegura que su esposa Joannie lo inspiró para redactar la historia de Los Cuatro Fantásticos, Kirby contaba que un día estaban por embargar los muebles de la redacción de la editorial, Lee estaba llorando, en ese momento pidió tiempo para terminar el encargo de la empresa lo que se tradujo en un éxito.
Sea cual sea la verdad, lo que siguió fue una de las duplas más exitosas del mundo editorial. Lee y Kirby trabajaron de la mano para crear a quienes son la cara de las franquicias más rentables del cine y unos referentes de las historietas: Thor, Iron Man, Hulk, X-Men… aunque eso no significó que fuera un equipo invencible como en los cómics.
Ambos autores eran muy diferentes entre sí: Stan Lee era alto, delgado y extrovertido, Kirby era un poco regordete, no tan alto y mucho más reservado.
Tal vez lo más complicado de la relación era como Stan Lee “se vendía mejor”, lo que dejaba en segundo plano a Jack al momento de recibir no solo el crédito del trabajo, sino las ganancias.
Una subtrama de este conflicto aparecería en forma de persona: Steve Ditko. Conocido por ser la mente detrás de Dr. Strange, Ditko se sumó al equipo creativo principal de Marvel en 1962, año en el que colaboraría para crear Spider-Man.
A 60 años de la primera aparición del Hombre Araña, la historia cuenta que Lee se inspiró en una mosca para dar vida a Peter Parker, pero antes de morir admitió que Ditko también tuvo que ver como cocreador.
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Al final, tanto Ditko como Kirby terminaron renunciando a Marvel principalmente por la mala relación que tenían con Lee, ya en ese entonces editor en jefe de la editorial, lo cual se tradujo al pasar de los años en que el hombre de los lentes oscuros se quedara con el crédito y la fama, mientras sus colaboradores tuvieron que conformarse con la admiración sólo del público especializado.