Jacqueline Bracamontes se considera una mujer de familia, pues no importa qué tan atractiva sea una oferta de trabajo, antes de aceptarla se asegura que le permita tener tiempo libre para estar con su esposo y sus hijas.
Por eso aprendió mucho sobre su personaje en la cinta Una Navidad no tan padre, pues le recordó la importancia de mantener un balance entre lo personal y lo profesional. “Tengo una familia grande, cinco hijas y un marido que vale como por cuatro niños”, comenta entre risas.
“Y aparte está mi trabajo, que también exige mucho de mí. He tenido que encontrar el equilibro entre ambos. Siempre tengo muy claro que la familia es prioridad, pero a veces se nos olvida, una cosa lleva a la otra, y el trabajo nos absorbe, pero la vida siempre se encarga de ponernos en nuestro lugar, dándonos golpecitos para que reaccionemos”, añadió.
La película, es la continuación de Un padre no tan padre, sigue las desventuras que viven Fran (Benny Ibarra) y Alma (Bracamontes) cuando viajan junto con su familia hippie a casa de la tía de ésta última. Todo pinta bien, hasta que el padre de Fran, Don Servando (Héctor Bonilla), comienza a tener desacuerdos con la anfitriona, comenzando así una guerra por demostrar quien tiene el control.
Mientras toda esa guerra sucede, su personaje atraviesa por un conflicto pues su esposo se volvió adicto al trabajo, y parece incapaz de disfrutar unas vacaciones tranquilas.
La actriz confesó que en la vida real le ha tocado vivir los dos papeles, pero su motor para no descuidar su faceta como madre, es recordar que sus hijas crecen muy rápido, y no desea desaprovechar ni un minuto con ellas.
“Amo mi trabajo profundamente, y lo respeto, pero te puedo decir que cuando me han propuesto hacer un proyecto de una telenovela de estar siete u ocho meses dentro de un foro, nunca lo he podido aceptar, porque mis niñas están chiquitas”.
Jacky continuó: “No me quise perder cuando dieron sus primeros pasos, o cuando dijeron su primera palabra. Ahora me voy a tener que perder su recital de Navidad, pero también hay que hacer sacrificios”.
Su maestra en el set
El personaje de su tía es interpretado por Angélica María, con quien no había tenido la oportunidad de trabajar. En su opinión, no pudo existir un mejor proyecto para debutar como compañeras de reparto, pues al haber rodado en un set aislado donde sólo estaban ellos, pudo pasar más tiempo con ella fuera de cámaras.
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“Siempre nos aconsejaba, dándonos su punto de vista y contándonos todas sus experiencias interminables en la chamba y en su vida personal, fue de verdad otro de los regalos tan grandes el haber compartido con ella”.
Asimismo, platicó que quedó gratamente sorprendida cuando vio el corte final, pues la mancuerna que Angélica hizo con Héctor Bonilla le llegó al corazón. “Sí sabía que eran grandes actores, pero verlos trabajar en nuestra película fue maravilloso. Me hicieron llorar, reír y carcajear. Como público que está viendo la película, lo agradecí muchísimo, y me hizo admirarlos todavía más”. Una Navidad no tan padre está disponible en Netflix, es apta para adolescentes y adultos.
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