NUEVA YORK. Ante las acusaciones de sesgo por parte de la defensa, el juez James Burke se negó a retirarse del juicio que se le sigue a Harvey Weinstein en la Gran Manzana y aseguró que no tiene "ninguna opinión" preconcebida. "Quiero que el señor Weinstein tenga un juicio justo", afirmó al tiempo que explicó que sólo reprendió al acusado por usar su teléfono en la corte. Al inicio de la jornada de ayer, Burke abordó en los asuntos previos del día la moción que interpuso el miércoles la defensa para que se recusara y a la que la Fiscalía dijo "objetar firmemente", destacando su "historial" profesional y la "medida extraordinaria" que ha tomado de preguntar a los candidatos si quieren excusarse por no poder ser imparciales.
También decidió denegar una petición para dar más tiempo a los abogados de Weinstein por la mediatización del caso, a la luz de la nueva imputación contra el productor en Los Ángeles, y dijo que "se podría aplaudir a la prensa por cómo se está comportando".
En este caso, agregó, " no hay un momento como el presente para seguir adelante. Bajo ningún concepto este caso está prejuzgado y estoy haciendo un esfuerzo para que tenga el juicio justo que merece", apuntó, en referencia a documentos que ha mantenido "sellados" pese a solicitudes de la Fiscalía para verlos.
Posteriormente, llamó a 120 potenciales jurados para revisar su capacidad, una tarea que se repetirá hasta el 22 de enero, cuando está previsto que comiencen los argumentos orales de las dos partes frente a un panel de 12 personas.